19 diciembre 2005

Primer Informe Silvestre


Primer Informe

Pensé encontrar un lleno, como en los conciertos gratuitos de Real de Catorce en Tlaxcala, pero no. A pesar de que se serviría una comida y apreciaría a tres grupos musicales. Creí saborear el triunfo de un político, pero vi su mirada de fracaso, vi los nervios de un hombre, que a pesar de todo, tiene principios de soñador.

Al acercarme al gigante deforme, al centro de convenciones más grande del municipio, ya estaba dispuesto el presidente en su asiento, sentado junto a representantes del gobierno del estado y acechado por un Gelacio demagógico y un Alfonso ignaro que desconoce aún de criterios políticos. Estaba con los ojos transidos, viendo al frente, observando su fracaso y pensando en si llegará a ser candidato para diputado federal. O tal vez pensando en que quienes lo rodean no sirven ni para difundir a tiempo el evento. Su rostro estaba agrietado, rojo, ni siquiera volteaba a ver a los que a un lado le acompañaban.

Alrededor del presidente, la gente se movía desesperada por caerle bien, por quedar bien con todo mundo. La famosa diplomacia ya deshecha desde tiempo ha. Los presidentes auxiliares, nerviosos también (algunos sucios), aburridos y poco interesados, internos en sí mismos y meditando en cómo salirse de esa labor tan dura. Las secretarias pidiendo nombres, interesadas en obtenerlos, pendientes en la organización de papeles. Los coordinadores, serenos, preocupados en la poca asistencia y en la regañada. En su corazón latía un color desconocido: el del fracaso.

Gelacio Montiel, pendiente en no realizar movimientos lacerantes, observando sus votos (cerca de cien), analizaba el éxito de un buen gobierno; por dentro se burlaba, esas canas pretendían hacer mella, esos ojos oscuros contenían las lágrimas de risa, la boca la tenía tiesa para que no se le olvidara el trámite de la retórica y mala política.

En una de las mesas frente al podium, sentado, con los mismos ojos que ruegan a Dios, desesperado por saborear las carnitas, con la misma ceja blanca y más senil, igual de poco brillante, estaba Ernesto Muñoz, burlándose de la misma manera que el diputado del sol azteca. Recordando que él si llenaba los informes presidenciales, que de sus comidas no sobraba un taco.

Luego empieza, el momento esperado por todos para no seguir disfrutando del fracaso y sí de un arroz batido, el primer informe. Todo inicia con los homenajes y con la común apertura de la sesión de cabildos. Después el pase de lista a los presidentes auxiliares y de inmediato se pone de pie el presidente municipal. Llega al estrado, su discurso no está, otro fracaso. Inteligentemente inicia con unas palabras de agradecimiento a las poco más de cien personas que asistieron, hasta que de repente, por detrás, aparece su secretaria de toda la vida con un discurso corto, con un informe para leer demasiado corto y que, como Fox, no era informe.

Era una lista de agradecimientos y de auto elogios, en donde presumió la construcción del hospital ya iniciado por el anterior presidente, donde enlistó el programa de ‘Domingos Culturales’ ya desaparecido; también, como si fuera un éxito y beneficio para la comunidad escucharlos, presumió la visita del negro que canta y habla tonterías, y de otros dos cómicos que, en suma, contaron los mismos chistes (chistes que todos los días la gente escucha en la TV) y de los cuales, el pueblo, el pueblo democrático de Tlaxco se carcajeó las dos veces.

Habló de la construcción de banquetas y pavimentación de calles, de la seriedad con la que ha enfrentado un primer año falto de presupuesto. También, a manera de contradicción, explicó el objetivo de crear cuatro coordinaciones más, que innecesarias, explican la falta de presupuesto. Igualmente, explicó su labor grandiosa en la democracia de Tlaxco, sólo que se le olvidó que democracia significa intercambio de ideas entre las diferentes posturas y no un apoyo incondicional a una de éstas.

Pues bien, como el presidente dijo, “sin triunfalismos ni auto elogios”, agradeció la comprensión y el respeto a todos los compañeros de trabajo, desde un barrendero hasta un funcionario que se toma las cosas con calma y da buena presentación al ayuntamiento en las calles, además de que no participa de la corrupción. E insistió, de nueva cuenta y violando la constitución, dio gracias al párroco del municipio, pues no hay otras religiones a las qué dar gracias de su trabajo por el pueblo.

Después de estas agradables palabras, en las cuáles resaltó el mercado y el rastro a construir, siguió la presentación multimedia del informe presidencial en dos pantallas de manta. Realizado por un mal programado power point, una mala redacción del escrito leído y una mala lectura del mismo. Pues en algunos puntos no se alcanzaba a distinguir de cuál comunidad se hablaba, luego discurrían sobre educación y en la pantalla se veía la presentación de uniformes policíacos. En fin, lo de menos era esta poco original, formal y oficial, manera de presentar el informe.

Ya en la respuesta al informe, un contador brillante es presentado, sale con su peculiar sonrisa. Y ¡sorpresa! Leyó lo mismo que el presidente, ni siquiera se atrevió a dar un consejo o a opinar sobre el mejoramiento del proyecto municipal (que no hay). Ah, y en una de esas frases celebres que los genios suelen descifrar: Construimos y mejoramos los espacios educativos y deportivos, para que la juventud se aleje de las drogas y el alcohol. Creo que su conciencia alcanzó un nivel superior.

Ya al último, terminó la sesión de cabildos, con la ausencia de un Alfonso Rodríguez incomprendido, con la desesperación del representante militar, con la sonrisa ‘política’ de Gelacio, con el aburrimiento de los presidentes auxiliares y con la misma faz nerviosa de Silvestre.

Desgraciadamente, aunque se quiera hacer un análisis político de esto, no se puede, porque en la palabra de nuestros políticos ya no hay nada de política. Sólo hay “autoelogios y triunfalismos”; ya no hay proyectos, sino necedades y hechos fáciles; ya no hay sueños, sino lambisconerías. Como siempre. Solo espero que la libertad de expresión no sea un problema para este ayuntamiento.


Por Carro Gris

1 comentario:

Anónimo dijo...

TE FELICITO POR LA FORMA EN QUE TE EXPRESAS. SE NOTA QUE EN TLAXCO YA HAY PERSONAS MUY PREPARADAS, YA NO PROLIFERA LA IGNORANCIA. SIGUE ADELANTE.

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