No tuvimos el honor de estar en la inauguración, ni el gobernador lo tuvo de ser captado por nuestras cámaras; tampoco estuvimos en el concurso del mejor matachín, pero sí estuvimos en el evento más importante, diría yo, de la feria. Con una muestra de arte, de belleza, de pasión y entrega, la gente pudo conocer el movimiento de las piernas cuando escuchan tango, como también su movimiento cuando con danza contemporánea se excitan escuchando canciones populares y no tanto como la 'Roxane' de Tom Waits. La pareja uruguaya que bailó tango, nos deleitó con la sensualidad de las notas de un Gardel y el grupo de Queretaro con las notas violentas, machistas y dolosas, de Javier Solís.
Qué noche, un porro con café, ¡por favor! Aquí me quedo. Muchos aplausos, 'La Comparsita' detenida por los errores técnicos de siempre, la lectura de curriculum, los chiflidos y piropos, los matachines haciendo su lucha por bailar, los santos niños de la iglesia que no dejaban de ver unas hermosas piernas y un poco más allá de lo que la imaginación les permitía. Todo eso y las luces allí estaban. ¡Felicidades! Gracias por la noche.
Por Carro Gris.
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