Otra vez Sergio

Hay dos formas de apoyar, la voluntaria y la interesada. La Madre Teresa de Calcuta entraría en la primera, haciendo labores de enseñanza, de alimentación, de predicación del bien, de gestión y dedicación por el bien actuar. En pocas palabras, encontrar el bienestar propio en el de los demás, sin recibir nada a cambio, ni siquiera las gracias. Esta mujer, mártir del mundo, sacrificó todo su tiempo; muchos lo han hecho, Cristo, Gandhi, Mandela, Luther King, Pancho Villa, etc., sin aspirar a mucho mas que a ver en el pueblo una agradable sonrisa. Agnes, mujer sabia, no sólo daba comida de un día, aseguraba la de todos los días de una vida hasta que la víctima de marginación saliera adelante por su cuenta. No humillaba a nadie poniendo cámaras cada vez que con su mano arrugada sostenía la cuchara para ofrecer sopa, no pedía fotos de sus lágrimas, no enseñaba las manchas de sangre que dejaban en sus ropas los enfermos, sólo quería hacer el bien.

Sergio, el amigo y la mejor opción, ha sido padrino de las principales fiestas de la Iglesia, de las clausuras de algunas escuelas, de equipos de fútbol, de bautizos, bodas, y creemos que hasta velorios. Aparece muchas veces junto a Silvestre Velázquez en actos públicos, en homenajes, en actos protocolarios, fiestas, eventos artísticos y culturales, en cantinas y bares, etc. Dice haber hecho entrega de no sé qué apoyos al pueblo, de querer con una sonrisa al pueblo, de proyectar lo mejor para el pueblo, de perder el sueño por el pueblo. ¿Será el siguiente mártir del mundo? ¿El mesías que regala despensas y baloncitos?

Y pensar que una despensa se acaba en dos días, será que cada que se termine obsequie otra, o sólo da una por familia. Es raro, por qué no mejor se pone a pensar cómo asegurarles una despensa diaria, para que la señora que sale con el mismo vestido de hace veinte años y con su hijo desnutrido en brazos no tenga la necesidad de humillarse cada período de elecciones.

¿Eso es lo que queremos?