Por Jorge Esteban López García
El candidato a diputado local, Delfino Suárez, en su afán de ayudar convierte el presupuesto de Tetla de la Solidaridad en beneficencia pública. Reparte ese dinero en ayuda asegurando que prefiere ayudar que gastarlo en publicidad. Pero el confunde su bolsillo con el del municipio. Además de eso, es tan inteligente que lo saca de ese lugar para convencer al voto a los ciudadanos de Tlaxco.
Él piensa que este tipo de acciones hacen bien, que está ayudando, que está haciendo lo correcto. Es tan cínico que se atreve a decirlo, insistiendo que no hace nada malo porque como presidente que fue de Tetla, tiene derecho a gastar ese dinero. Pero lo hace para obtener un voto, lo hace para lograr sus propios fines. Y es tan inmoral, visitando casas y platicando esto como si fuera un orgullo usar recursos públicos.
A loss mazones chafas les prestan el Palacio Municipal para sus desmadres, mientras el pueblo al que deberían dedicarle su tiempo estos pseudomazones, se preguntan cómo es posible esto si ya no se usaba para esto ese espacio. Luego, estos personajes, teniendo como regla cuidar y dedicar la vida al bienestar del país, rompen reglas de tránsito tan simples como meterse a las calles en sentido contrario. ¿Qué clase de seres invaden nuestro mundo, tan orgullosos de lo que hacen, presumiendo lo que son sin serlo?
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