El concierto que se dio el 26 de agosto en la Iglesia con la intención reunir fondos para la Iglesia fue un éxito en tanto que la gente asistió y compartió del sueño de mantener un bonito edificio en pie y bien presentado. Esta joya de la arquitectura reunió a personalidades de todos los niveles culturales y cubrió a los músicos con su espacio. Estos definitivamente lo desaprovecharon, pues desafinados y sin coordinación interpretaron piezas del Barroco que si sus autores hubieran escuchado la interpretación se morirían otra vez. Pero después de todo, hubo una que otra chispa de buena música, que avizora el deseo de seguir creciendo de estos músicos.
El concierto llegó a ser surrealista y absurdo, pues el otro evento de feria se escuchaba en el interior, interrumpiendo el sonido desafinado de las cuerdas. Definitivamente le hizo falta al patronato mejor organización, ya que muchos eventos comenzaron tarde o interrumpían el curso de otros.
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