La inauguración de un invernadero en Titichilco fue amenizada por un grupo de esquites, elotes, carnitas y uno que otro ingrediente embriagante que llamaba a la felicidad del momento. Y cómo no, si lo ameritaba. A la vista se levantaba una gigante armadura de plástico trasparente que cubría una buena cantidad de futuros Jitomates, que verdes, ya se antojaban.
Al entrar, como ya es sabido por los conocedores de este arte de sembrar, se tiene que remojar los pies en cloro, para después asistir a la observación de las verduras. Luego se sufre un calor sofocante que permite el desarrollo de la semilla, se notan las hojas amarradas de un alambre que las eleva rumbo al techo, que en unos meses quedará al amparo de estas verdes hojas y rojos frutos.
En fin, este es uno más de los Invernaderos que se instalaron en Tlaxco y que depositarán empleos y ganancias económicas.
Al entrar, como ya es sabido por los conocedores de este arte de sembrar, se tiene que remojar los pies en cloro, para después asistir a la observación de las verduras. Luego se sufre un calor sofocante que permite el desarrollo de la semilla, se notan las hojas amarradas de un alambre que las eleva rumbo al techo, que en unos meses quedará al amparo de estas verdes hojas y rojos frutos.
En fin, este es uno más de los Invernaderos que se instalaron en Tlaxco y que depositarán empleos y ganancias económicas.
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