A pesar del Invierno
Para Ana, de p' allá lejitos
Por el panteón aguardó,
Con pelo de aceituna,
Y risa sin control,
Aquella dama sin miedo,
Musa del enterrador,
Para entregar al infierno,
A su buen inspirador.
Sentada en el puente
Ilusa a la expectativa,
Cuando de repente,
La Flaca le dio su bienvenida.
Pobre Calaca aterrada,
Una sorpresa se llevó,
A sus sensibles oídos,
Una risa ensordeció.
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