Día de Elecciones

Por Jorge Esteban López García

Se esperaba un resultado así, Manuel iba seguro en su camino a la presidencia, la gente que lo apoyó, los recursos que durante más de seis años invirtió y el, supuesto, deseo de la gente de que él fuera presidente lo hicieron el ganador. Se esperaba así porque se presentó con mucha más fuerza que Sergio, quien se llevó una decepción al casi ser superado por Alfonso Rodríguez.
El candidato del PRD también dio una sorpresa, pues se esperaba que no consiguiera tantos votos. En Atotonilco, donde la gente decía no quererlo, triunfó y arrasó con los demás candidatos entre ellos Manuel. Dejando en segundo lugar a Gabriel Rodríguez y a Martín en tercero. Pero también se dice que anduvo repartiendo despensas en la cabecera y en algunas comunidades, cosa que podría explicar tanto voto a su favor.
Del que se esperaba más era de Germán, quien fue superado quedando en sexto lugar pero dejando entrever que sin muchos recursos y convenciendo por la buena a la gente se pueden obtener buenos resultados. De él podemos decir muchas cosas, por ejemplo, que el partido es pequeño y no tiene mucho reconocimiento, que no ha hecho trabajo suficiente como para ser reconocido en las comunidades como político y que, tal vez, le hizo falta trabajo en general.
Pero la decepción, no para el pueblo sino para él y su equipo, fue Sergio Hernández, quien aseguró siempre ser el candidato del partido, del gobernador y hasta del presidente de la República. Tanta seguridad la convirtió en soberbia compartida por su grupo, quienes andaban vociferando que él sería el ganador por mucho. Son errores que se pagan, porque eso provoca perder con humillación.
De los otros no se puede decir mucho, tuvieron el apoyo de sus comunidades, de los campesinos que siempre han sido grupos arraigados a un ideal o seguidores de un pensamiento que los pueda seducir.

También se puede hablar mal del IET, institución que falló en la organización de estos comicios dejando sin capacitación a varios funcionarios de casilla y provocando problemas como los acaecidos en Atotonilco y la colonia Ejidal y Tepatlaxco. Además de la falta de atención de los capacitadores, la misma gente que sí fue capacitada no está dispuesta a atender los asuntos que le surjan durante el sufragio. De repente sale gente gritando, amenazando, influyendo y acosando a los funcionarios con la intención de desconcentrarlos.
Otro problema es la hora del conteo de votos, vacían las boletas en las mesas como si fueran rompecabezas con los que se tiene que jugar. Desconocen el valor de un papel como esos, desconocen cómo se hacen las cosas y equivocan actas, entregando las que no deben, preguntando si está bien esto cuando se supone que ellos deben saber y tener la autoridad para decidir. Ya veo que la elecciones no sólo se ganan con fraudes, también se ganan con errores de las instituciones electorales.

De los diputados ganó Delfino Suárez, también se avizoraba esto, pues Rosalinda con los defectos que siempre le señalaron fue derrotada. Ni siquiera en Atotonilco tuvo una agradable noticia donde fue superada por el candidato del PRD y casi alcanzada por el del PS.
En general, en todo el estado dio una gran sorpresa el PRD, ganando la mayoría de los municipios. Eso habla de una fuerza creciente e influenciada por Minerva Hernández y Alfonso Sánchez Anaya, además de otros políticos interesados en el estado de Tlaxcala por la cercanía con el D.F. El PAN se llevó el segundo lugar en municipios, contando con algunos importantes como Apizaco y Huamantla. El PRI cayó en todo el estado, obteniendo solo 6 presidencias municipales y decepcionando al no obtener un solo curul por mayoría relativa, todo gracias a la soberbia de doña Beatriz Paredes Rangel, a quien sólo le funcionó la imposición de Lorena Cuellar porque los demás fracasaron.