Por Jorge Esteban López García
El Informe de Silvestre se llevó a cabo el lunes 07 de enero de este año, organizado de una forma muy oculta e invitando a pocos ciudadanos y los mismos trabajadores del ayuntamiento. Esta revista no fue invitada a tal suceso, dejando ver el poco interés en comunicar a los ciudadanos que nos leen lo que se dijo, enterando del estado actual del municipio solo a quienes no critican su gestión.
Hay muchas cosas qué ocultar y muchas otras que ya se saben, otras que es posible sean inventadas y que ni siquiera tienen por qué ser dichas pero que la gente ya las ha expresado de distintas formas. Este tipo de datos me hace recordar a Xavier Velasco en su artículos Britnycrucis, (Milenio, 2008), en el que critica la forma poco ética y moral de hablar de los asuntos personales de una persona, como si eso importara demasiado en el progreso de las sociedades.
Lo malo es que nuestro presidente fue causante de que se hablara así de él, permitiendo que sus labores fueran débiles ante actos que sí lo dañaron y exageradamente fuerte en asuntos que muestran tradiciones y formas de expresión libres. A su vez, siendo débil ante su gabinete, el cual superó en autoridad las decisiones que se tomaron en el ayuntamiento.
No me extraña que alguno de los que acá nos expresamos amanezca malherido en las calles del pueblo, tampoco que nos encontremos con gente que nos quiera humillar y sobajar por nuestra labor comunicativa, pero no es preocupante, es común escuchar en las noticias la muerte de periodistas, escritores o gente que trata de comunicar lo que al pueblo le afecta. Tal vez por eso no fuimos invitados al informe, que de seguro fue, como el año anterior, el mismo del primer año.
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