La hipoterapia se ha convertido en una especialidad de la kinesiología, que sin el mismo reconocimiento como medicina formal ha logrado importantes avances en el tratamiento con niños discapacitados. Según sus defensores, el ritmo de los caballos tiene algo de milagroso en la recuperación de trastornos tan diversos, que irían desde la distonía muscular hasta alteraciones de la audición.
"Cuando un padre trae a su hijo discapacitado a hipoterapia, se pregunta porqué no lo hizo antes. La recuperación es en un 60% más rápido que con terapia tradicional", asegura Ronald Wilkins, presidente de la Sociedad Chilena de Hipoterapia, entidad con diecisiete años practicando este tipo de terapia, que hoy realiza unas 35 mil atenciones por año.
Según Wilkins, "el caballo es lo más parecido a los movimientos que tiene el hombre al caminar, entonces muchas de las capacidades que se pierden por diferentes enfermedades comienzan a funcionar mejor. Los logros son impresionantes, no sólo en la parte física, también en el aspecto psicológico", asegura.
La terapia con caballos mejora el equilibrio y la movilidad, por lo que se han demostrado excelentes resultados en personas que sufren de parálisis. Así mismo actúa en el plano de la comunicación y el comportamiento, por lo que también es utilizada en personas con dificultades para adaptarse socialmente.
En qué consisteHoy se exige que quien haga los tratamientos con caballos sea un kinesiólogo especializado en este tipo de terapia, lo cual está dentro de las especializaciones en diversas instituciones de educación.
La clave de este tratamiento está en aprovechar el movimiento del caballo para estimular músculos y articulaciones. El mecanismo, explica Wilkins, es que cuando las caderas reciben el movimiento del caballo, el cerebro de alguna manera recibe la información de que el niño está andando. Los pacientes reaccionan frente a los estímulos que provoca el trote, ajustando no sólo el sistema muscular, sino también sensorial, lo que lleva a experimentar una mejoría global.
Entre los efectos de la equinoterapia e hipoterapia se encuentran:
Efectos fisiológicos: Aumenta la capacidad de percepción a los estímulos. Efectos psíquicos: Estimula la atención, la concentración y la motivación frente a otros movimientos. Aumento de la autoestima y de la seguridad en uno mismo. Efectos físicos: Al poseer el caballo una temperatura corporal y un volumen muy superiores al hombre, otorga una importante transmisión de calor y solidez al ser abrazado y tocado por una persona.
Según asegura Wilkins, en sólo siete meses "un niño que llega como 'muñeca de trapo' puede andar erguido sobre el caballo. Es la experiencia que hemos tenido frecuentemente, dentro de las personas que tienen una parálisis cerebral no extrema", puntualiza.
"Una niña con parálisis cerebral, que llega sentada en la silla de ruedas, sin control de esfínter y con la cabeza caída, a los siete meses está derecha, sin babear y con cierto control de su orina. Niños que toda la vida han sido alimentados con mamadera, comienzan a hacerlo solos".
TrastornosSegún la Sociedad Chilena de Hipoterapia, los trastornos en los cuales esta herramienta resulta beneficiosa, van desde discapacidades visuales como astigmatismo, cataratas, glaucoma; a todo tipo de discapacidades físicas, como mal de Parkinson y parálisis cerebral, a problemas psicológicos como las depresiones.
"Montar un caballo, rompe el aislamiento de la persona con respecto al mundo, lo que pone al enfermo en igualdad de condiciones con respecto al jinete sano. No cabe duda que montando se consigue superar el temor, mejorar la confianza y la capacidad de concentración; al tiempo que hace perder las tensiones e inhibiciones físicas y emocionales. Es por esto que la terapia ecuestre resulta efectiva no sólo con enfermos, sino también con personas que presentan problemas de inadaptación social", puntualiza.
"Cuando un padre trae a su hijo discapacitado a hipoterapia, se pregunta porqué no lo hizo antes. La recuperación es en un 60% más rápido que con terapia tradicional", asegura Ronald Wilkins, presidente de la Sociedad Chilena de Hipoterapia, entidad con diecisiete años practicando este tipo de terapia, que hoy realiza unas 35 mil atenciones por año.
Según Wilkins, "el caballo es lo más parecido a los movimientos que tiene el hombre al caminar, entonces muchas de las capacidades que se pierden por diferentes enfermedades comienzan a funcionar mejor. Los logros son impresionantes, no sólo en la parte física, también en el aspecto psicológico", asegura.
La terapia con caballos mejora el equilibrio y la movilidad, por lo que se han demostrado excelentes resultados en personas que sufren de parálisis. Así mismo actúa en el plano de la comunicación y el comportamiento, por lo que también es utilizada en personas con dificultades para adaptarse socialmente.
En qué consisteHoy se exige que quien haga los tratamientos con caballos sea un kinesiólogo especializado en este tipo de terapia, lo cual está dentro de las especializaciones en diversas instituciones de educación.
La clave de este tratamiento está en aprovechar el movimiento del caballo para estimular músculos y articulaciones. El mecanismo, explica Wilkins, es que cuando las caderas reciben el movimiento del caballo, el cerebro de alguna manera recibe la información de que el niño está andando. Los pacientes reaccionan frente a los estímulos que provoca el trote, ajustando no sólo el sistema muscular, sino también sensorial, lo que lleva a experimentar una mejoría global.
Entre los efectos de la equinoterapia e hipoterapia se encuentran:
Efectos fisiológicos: Aumenta la capacidad de percepción a los estímulos. Efectos psíquicos: Estimula la atención, la concentración y la motivación frente a otros movimientos. Aumento de la autoestima y de la seguridad en uno mismo. Efectos físicos: Al poseer el caballo una temperatura corporal y un volumen muy superiores al hombre, otorga una importante transmisión de calor y solidez al ser abrazado y tocado por una persona.
Según asegura Wilkins, en sólo siete meses "un niño que llega como 'muñeca de trapo' puede andar erguido sobre el caballo. Es la experiencia que hemos tenido frecuentemente, dentro de las personas que tienen una parálisis cerebral no extrema", puntualiza.
"Una niña con parálisis cerebral, que llega sentada en la silla de ruedas, sin control de esfínter y con la cabeza caída, a los siete meses está derecha, sin babear y con cierto control de su orina. Niños que toda la vida han sido alimentados con mamadera, comienzan a hacerlo solos".
TrastornosSegún la Sociedad Chilena de Hipoterapia, los trastornos en los cuales esta herramienta resulta beneficiosa, van desde discapacidades visuales como astigmatismo, cataratas, glaucoma; a todo tipo de discapacidades físicas, como mal de Parkinson y parálisis cerebral, a problemas psicológicos como las depresiones.
"Montar un caballo, rompe el aislamiento de la persona con respecto al mundo, lo que pone al enfermo en igualdad de condiciones con respecto al jinete sano. No cabe duda que montando se consigue superar el temor, mejorar la confianza y la capacidad de concentración; al tiempo que hace perder las tensiones e inhibiciones físicas y emocionales. Es por esto que la terapia ecuestre resulta efectiva no sólo con enfermos, sino también con personas que presentan problemas de inadaptación social", puntualiza.
Lecturas de El Chacal
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