En reunión organizada por ciudadanos preocupados por el sistema de seguridad municipal, en la cual se convocó a Sosa Salinas y funcionarios de seguridad de su administración, se forma la Comisión de Seguridad, la cual no tuvo mucho éxito en las metas para la que fue constituida.
La misma Comisión agrega otros objetivos para fortalecerse, pero se siente agredida por el mismo ayuntamiento, pues uno de sus integrantes es arrestado, junto con un par de niños, por repartir volantes que criticaban la actual administración. El ayuntamiento se acerca a los ciudadanos que la forman y comienza a ofrecer oídos para lo que se pide, pero nunca se acerca Manuel Sosa, incluso se atreve a decir que los perdona y que también pide a Dios para que perdone a toda la gente que habla mal de él.
Juan Tapia sólo defiende a su jefe, acudiendo a las citas de la Comisión, pero no soluciona nada su presencia. Es así que el pueblo que en principio formó y apoyó esta causa, nunca fue escuchado y, al parecer, nunca existió.
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