Macario Schettino
Economía Informal
05 de febrero de 2009
Pues ahora andan todos espantados con el tipo de cambio por las nubes. Y es que eso de ver el peso a 15 por dólar pues como que no le gusta a nadie. Más cuando el año pasado hubo algún momento en que estuvo a 10, y como que nos queríamos acostumbrar a ese valor.
La verdad, durante el año pasado el peso estuvo, en promedio, arribita de los 11 pesos, de forma que una corrección a 13 por dólar representa poco menos de 20% de ajuste, y tal vez no esté alcanzando con ello. O más bien, seguramente no alcanza, porque el mercado sigue apuntando al alza.Lo que está ocurriendo es lo siguiente, para que usted decida si hay o no razón para estar espantado: cada mes, tenemos un faltante en nuestras cuentas con el exterior dentro de lo que se llama “cuenta corriente”, perdóneme la repetición. En esta cuenta corriente se incluyen todos los movimientos de bienes y servicios entre México y el exterior: exportaciones e importaciones, turismo, pago de servicio de deuda externa, utilidades de inversión extranjera, remesas. Durante el año pasado, tuvimos en promedio un faltante en esta cuenta de cosa de mil 500 millones de dólares cada mes, pero como también cada mes entra inversión directa, este faltante era fácilmente cubierto por ese dinero, y sobraban dólares. Tan sobraban, que llegamos a tener un superpeso, ¿se acuerda?
Para más claridad, en los primeros tres trimestres del año, es decir, hasta septiembre, la balanza comercial tenía un déficit de casi 9 mil millones de dólares, la de servicios no factoriales (turismo y fletes y seguros) un faltante de 5 mil, la de servicios factoriales (servicio de la deuda y utilidades de inversión extranjera) era deficitaria por casi 15 mil, y las remesas nos daban casi 18 mil millones a favor. Al sumar todo, el déficit en cuenta corriente era de casi 10 mil 800 millones de dólares.
Sin embargo, en esos mismos nueve meses habían entrado al país, por Inversión Extranjera Directa, 15 mil 500 millones, y por inversión de cartera, 10 mil. Con esos 25 mil millones, se cubría el faltante anterior, y sobraban cosa de 15 mil millones, que fueron los que provocaron la revaluación del peso en los primeros siete meses de 2008.
Sin embargo, desde entonces las cosas han cambiado. Los datos exactos los sabremos cuando se publique la balanza de pagos, pero es evidente que no está entrando dinero suficiente, y por eso el peso se está ajustando, para compensar el faltante. Puesto que los ingresos por exportación de Pemex en realidad no pasan por el mercado cambiario, la demanda de dólares que tenemos ahí ronda los 3 mil millones de dólares mensuales, que fue el déficit no petrolero que tuvimos cada mes durante 2008. Esos 3 mil millones de cada mes se financiaban con los cerca de 2 mil de IED y mil de inversión de cartera que hemos comentado. A partir de octubre, la IED debe haberse desplomado, puesto que el mismo secretario de Economía anunció que los datos venían mal. Digamos que se redujo a la mitad, y en lugar de 2 mil llegaron sólo mil millones al mes. Del lado de la inversión de cartera, sin embargo, las cosas deben estar mucho peor, puesto que tuvimos una reducción en posiciones de inversionistas extranjeros en papel del gobierno por cosa de 5 mil millones de dólares entre octubre y diciembre. Es decir, podemos imaginar una salida de mil millones mensuales, con lo que la inversión total aportaría exactamente cero.
Así, tendríamos una presión sobre el mercado cambiario para financiar el déficit no petrolero total. Ese déficit fue de 4 mil millones en octubre, 3 mil en noviembre y poco más de 2 mil en diciembre. El ajuste del peso, sin duda, se sumó a la contracción económica para que la presión fuese menor. Como quiera que sea, toda esa demanda de dólares no está siendo cubierta por una oferta parecida. Es más, la oferta debe estar muy cerca de cero, entre la IED que no llega y la de cartera que se va.
Según mis cuentas, el ajuste que estamos viendo en el tipo de cambio es compatible con un faltante del orden de 2 mil millones de dólares al mes. Dicho de otra forma, sería la devaluación que veríamos frente a un déficit en cuenta corriente de 25 mil millones de dólares al año. Es el mismo ritmo, tanto en cantidad de dólares como en su precio.
En consecuencia, es relativamente fácil saber que este ritmo de devaluación se corregirá cuando la demanda de dólares sea menor, o la oferta sea mayor. Es decir, cuando nuestro déficit comercial se cierre un poco más, o cuando la inversión regrese. Es más probable lo primero, dadas las circunstancias de los mercados financieros, pero no olvide que nada en economía se mueve solo. La devaluación del peso hace más atractivas nuestras exportaciones, aún para un mercado global contraído, lo que hace más interesante invertir en México, de forma que poco a poco el mercado cambiario encontrará su nivel. Si la inversión directa acaba resultando de 15 mil millones en el año, y el déficit comercial no petrolero queda por debajo de 30 mil millones, entonces el peso regresará a valores de 12.50 a 13 pesos.
Si la inversión no llega, entonces el déficit no petrolero tendrá que ser menor, y para ello el tipo de cambio ajustará las decisiones de importación y exportación. El tipo de cambio que permite equilibrar las cuentas con una inversión directa muy pequeña, digamos de 5 mil millones de dólares, se encuentra entre 14 y 15 pesos.
Con base en lo que le he comentado, todo indica que el techo del tipo de cambio es precisamente ese valor de 15 que hemos visto en estos días. Puede ocurrir que por poco tiempo el peso se mantenga en este nivel, pero no lo hará en el mediano plazo, sobre todo si llega inversión directa, como es esperable que ocurra.
Así que no se espante, todo tiene explicación, incluso el aparente caos cambiario.
EL UNIVERSAL
1 comentario:
ME GUSTARIA SABER QUE PASA CON LOS SINDICATOS Y EL EMPLEO EN TLAXCO VENGO REGRESANDO DE EU Y ME DOY CUENTA QUE NO HAY TRABAJO, Y ME ENTERO QUE AHORA LOS DUEÑOS SON NADAMENOS QUE ELLOS (EL SINDICATO)DE LAS FACTORIAS MAS IMPORTANTES Y NO ME QUEDA DE OTRA QUE REGRESAR YA QUE GRACIAS A ELLOS ME FUI DE TLAXCO
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