Por desatención de diputados, se confrontan ciudadanos con elementos de seguridad

Por La Jornada de Oriente

Habitantes de ocho municipios criticaron la falta de atención de los legisladores locales a sus demandas para sancionar a sus ediles / Foto Alejandro Ancona JUAN LUIS CRUZ PÉREZ La falta de interés, voluntad, compromiso y sensibilidad de parte de los integrantes de la LIX Legislatura local, derivó ayer en una agresión de elementos de seguridad del Congreso local y granaderos de la policía estatal a pobladores de ocho municipios que se manifestaron por la mañana de este jueves. El saldo de este incidente fue de al menos cinco personas con lesiones y golpes leves. Los inconformes anunciaron que en las próximas semanas radicalizarán las acciones en contra de las autoridades estatales, municipales y de los propios diputados, por la nula atención a sus demandas. Este jueves, desde temprana hora, síndicos, regidores, presidentes de comunidad y pobladores de Atlangatepec, Tzompantepec, Tepetitla, Panotla, Tlaxco y San José Teacalco, así como padres de familia de las escuelas Manuel Lardizábal de Tlaxcala y de la Secundaria Técnica número 31 de Texcacoac, arribaron al Congreso del estado para solicitar que las denuncias en contra de sus respectivos alcaldes y autoridades fueran atendidas. Las quejas en contra de los alcaldes de estos municipios son desde principios de 2008, pues los integrantes de los cabildos de esos ayuntamientos han denunciado la posible comisión de delitos de peculado, nepotismo, desvío de recursos e irregularidades administrativas, mismas que no han sido atendidas hasta la fecha. Con pancartas, mantas y lonas, unos 60 pobladores de esas municipalidades denunciaron que a pesar de que presentaron pruebas fundadas de las irregularidades en las que han incurrido los ediles, los integrantes del Congreso se han negado a proceder. Los regidores y representantes de esos municipios dieron cuenta de las irregularidades cometidas por sus autoridades, mismas que han sido presentadas ante el Congreso local con anterioridad. Por ejemplo, integrantes del ayuntamiento de San José Teacalco denunciaron que a pesar de que existe un mandato del Congreso local para integrar una comisión especial que maneje los recursos de la Comuna, el edil José Carcaño Sanluis se ha negado a acatar esa disposición. Además, en los casos de los municipios de Tzompantepec, Panotla, Tlaxco, Atlangatepec y Tepetitla, los integrantes de sus respectivos cabildos coincidieron en que existe “desesperación e inconformidad” ante la comisión de diversos delitos por parte de los ediles, como presuntos actos de nepotismo y desvío de recursos, principalmente. Afuera del recinto, unas 150 personas, quienes por momento cerraron algunas de las calles aledañas al Palacio Legislativo, con un equipo de sonido daban cuenta de las presuntas irregularidades en las que habían incurrido sus autoridades. “Hemos sido tolerantes, pero al parecer hay complicidad de los diputados, porque a pesar de que hemos presentado las pruebas de las irregularidades, los legisladores han preferido no atender nuestros reclamos, quizá por compromisos o tal vez por un acuerdo con el gobernador Héctor Ortiz”, denunció la primera regidora de Atlangatepec, Patricia Huerta. Las muestras de inconformidad de los quejosos recibieron como respuesta una promesa incumplida del presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso local, Víctor Briones Loranca, de que serían atendidas cada una de las demandas, situación que hizo que aquella manifestación pacífica se transformara en una barbarie. Esa quimera quebrantada enervó los ánimos de los manifestantes, quienes esperaron por más de dos horas a que una comisión de diputados los recibiera, pues los integrantes de la Junta de Coordinación política se negaron a atender en conjunto a los representantes de los ocho municipios, pues pusieron como condición que las quejas serían escuchadas de manera individual. Ante la falta de una respuesta favorable a sus demandas, los quejosos tomaron un macetón de barro que estrellaron en contra de la puerta de acceso al Salón Verde del Congreso local para poder abrirla. Ese hecho fue el pretexto para que el presidente de la mesa directiva, José Juan Temoltzin Durante, ordenara el acordonamiento del Palacio Legislativo por elementos de la Policía antimotines para amedrentar a los inconformes, e incluso para que infiltrara entre los manifestantes a peritos y elementos de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del estado para que investigaran y arremetieran en contra de ellos. Tras una larga espera de que la promesa de Briones Loranca fuera cumplida, los inconformes decidieron abandonar el recinto, mismo que había sido sitiado por los quejosos, pero cerrado con candados por los elementos del Congreso local. El acuerdo de los manifestantes fue abandonar el Palacio Legislativo para trasladarse a la autopista Tlaxcala–San Martín Texmelucan con la intención de cerrar la circulación de los vehículos; sin embargo, cuando la mayoría estaba por abandonar el recinto, el llamado de uno de sus correligionarios para que la gente ingresara al Palacio Legislativo generó una confrontación. Los empujones, jaloneos y golpes entre los inconformes y los elementos de Seguridad Pública fueron la moneda de cambio entre ambos bandos. Incluso, la prepotencia del encargado de seguridad interna del Legislativo, de nombre Juan Luis Espejel Alonso, salió a relucir cuando con lujo de violencia trató de detener a un regidor de Atlangatepec. Los hechos fueron reprobados por los diputados Eustolio Flores Conde y Luis Salazar Corona, quienes reconocieron que fue un exceso del Congreso local actuar por medio de la violencia para dirimir las diferencias, al tiempo que sostuvieron que la LIX Legislatura local ha sido incapaz de atender y resolver las demandas de los quejosos, porque “en algunos casos tienen casi un año y no se han resuelto”. http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2009/02/13/tlaxcala/pol103.php