Hace dos siglos, en Bolivia, se dio el comienzo de lo que sería un largo período de guerras y batallas que terminó con el dominio de la corona española en América Latina.
La llamada "Revolución de Chuquisaca" se dio el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Sucre y resultó en el derrocamiento de la autoridad española del lugar y el inicio de un movimiento de sublevación que se extendería por toda la región.
La llegada del primer conquistador español, en 1492, cambió la vida de este continente para siempre. Pero la independencia también significaría una profunda transformación que dio origen a las naciones que conocemos hoy en día.
De acuerdo al subdirector del Archivo Nacional de Bolivia, Joaquín Loayza, el movimiento emancipador que se originó en Sucre "se vincula a la llamada revolución burguesa universal que perseguía alcanzar la libertad civil, los derechos ciudadanos y el establecimiento de un Estado nacional".
Un ideal que, sin embargo, no pareció acompañar al nacimiento de esta nación.
"En 1825, una vez lograda la independencia, se convocó a una asamblea deliberante nacional para decidir el futuro de esta región del Alto Perú. Y pese a la participación mestiza e indígena en las guerras de emancipación no hubo ni un solo representante indígena o mestizo en esta asamblea", le advierte a BBC Mundo Enrique Cortez, decano de la Universidad de Derecho de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, en Sucre.
"Los combatientes fueron unos, pero el botín de la victoria se lo llevaron otros quienes fueron los que decidieron la configuración política del nuevo Estado", agregó Cortez.
Ejemplo originario
Al menos 60% de la población de Bolivia es indígena, la mayor proporción para cualquier país de América Latina.
Y muchos de los que pertenecen a los pueblos originarios en este país manifiestan sentirse excluidos.
Según un informe publicado por Naciones Unidas el pasado mes de enero, persisten "expresiones de racismo y discriminación" en contra de comunidades indígenas en Bolivia.
El relator especial de la ONU, autor del informe, incluso alerta que hay poblaciones que aún viven en "servidumbre" y hay "numerosos conflictos y violaciones a los derechos humanos".
"En Bolivia ha habido una suerte de segregación exclusiva criolla, o de descendientes de migrantes, para impedir que el indígena ocupe sus espacios", señaló Rafael García Mora, un párroco jesuita que trabaja con los pueblos originarios en esta región.
"Todavía hoy en día algunos sectores tratan de crear pánico en ciudades como Sucre o Santa Cruz diciendo 'ahí vienen los indios' acusándolos de robar o de violar a las mujeres" añadió.
En Bolivia ha habido una suerte de segregación exclusiva criolla, o de descendientes de migrantes, para impedir que el indígena ocupe sus espacios
Rafael García Mora, párroco jesuita
Estos señalamientos, no obstante, son rechazados por otros sectores en el oriente boliviano.
"Acá no hay racismo, y pongo las manos en el fuego al decir esto. Todos somos querendones de todos los grupos sectarios especialmente de nuestros hermanos del agro", asegura Epifanía Terrazas, ex parlamentaria social demócrata y actual directora de servicios sociales de Sucre.
Según Terrazas el campesino (un sector mayoritariamente indígena) no está excluido. "Lo que pasa es que el campesino es conformista y se siente cómodo con su modo de vida trabajando el campo", aseveró.
¿Qué se ganó?
Naciones Unidas asegura que hay una brecha entre el indígena y el resto de la población en Bolivia, aunque ésta es una situación que probablemente se repite en el resto de los países latinoamericanos con población originaria.
¿Era esto lo que tenían en mente quienes iniciaron la independencia de la región, hace dos siglos?
"Es injusto valorar los hechos pasados con los criterios políticos, económicos o culturales que se manejan actualmente", le indicó a BBC Mundo el subdirector del Archivo Nacional de Bolivia.
"La democracia de aquel entonces era diferente, era excluyente. Tanto en América como en Europa el sistema político excluía por sector social, raza o género. Sin embargo, muchos de los beneficios que tiene la sociedad actual se deben a estas revoluciones burguesas como las que vimos en América", afirma Loayza.
"Sin libertad civil hubiese sido imposible el desarrollo", acotó.
"La independencia cambió el estatus de los indígenas en América Latina", tercia John Coatsworth, un académico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, quien ha estudiado los temas de desarrollo en la región desde los tiempos de la colonia.
"Los pueblos originarios adquirieron una serie de derechos ciudadanos, que sin embargo, no empezaron a aplicarse con propiedad hasta el siglo XX. Y en el caso de Perú y Bolivia, la falta de derechos se compensó de alguna forma con una mayor autonomía para estas comunidades", señaló.
"Motivo de orgullo"
La independencia cambió el estatus de los indígenas en América Latina
John Coatsworth, Universidad de Columbia
Coatsworth además advierte que la emancipación también generó otras consecuencias en la región. "Básicamente se aceleró el proceso para abolir la esclavitud a raíz de la independencia".
Las celebraciones previstas por el bicentenario de la ruptura de América Latina con la corona española comienzan ahora en Bolivia, pero se extenderán hasta bien entrado 2010.
Muchos miembros de los pueblos originarios en Sucre afirman que "se debe celebrar la fecha" y que es "motivo de orgullo".
Pero muchos también indican que todavía hay trabajo que hacer para que el ideal de independencia y de libertades civiles se extienda a toda la sociedad del continente.
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