El cambio político en México es resultado de movilizaciones sociales y acuerdos que se fueron suscitando durante un largo proceso, este cambio tuvo como uno de sus puntos relevantes la alternancia y la sucesión pacífica de otro poder en el gobierno. Fue un punto de llegada y a la vez de partida. Sin embargo, ese hecho por sí sólo no fue suficiente.
Después de las elecciones federales del 2006 las más controvertidas de las que tengamos memoria, el Senado de la República aprobó en 2007, una reforma la cual planteaba un nuevo modelo electoral, dicho ordenamiento representaba la oportunidad de cambiar de raíz en el modelo electoral, y reestablecer los principios de equidad, de proporcionalidad y representación, que en una democracia consolidada, deben de normar el sistema electoral.
La reforma reafirmaba las condiciones para el ejercicio pleno de los derechos políticos de los ciudadanos y los partidos, porque garantiza el sufragio efectivo y libre al establecer un sistema competitivo y justo en el que se propicia la definición, el contraste y la elección de las ofertas políticas.
Evidentemente faltan ajustes, las elecciones aún no son lo claras y transparentes que deberían ser. Falta mucho por hacer en cuestiones de fiscalización, de manejo de recursos y rendición de cuentas tanto de la autoridad electoral como de los propios partidos políticos.
Ante esta situación el reclamo ciudadano recae en que no se despilfarren los recursos, que intereses ajenos, eviten ejercer influencia indebida sobre los partidos políticos, que los compromisos contraídos por los candidatos en las campañas y precampañas limiten la autonomía de sus decisiones al momento de desempeñar los cargos de elección, que por falta de control sobre el dinero aumente la corrupción.
En este contexto en días pasados, la Junta de Coordinación Política del Senado de la Repúblicaanunció para el martes 23 de junio la realización de un foro de consulta sobre la aplicación de la reforma electoral con objeto de mejorar el proceso de los comicios presidenciales en 2012. De esta forma, la Cámara Altaabre la posibilidad de dialogar, de escuchar opiniones para evaluar nuestro modelo electoral.
Cabe mencionar que todo estará abierto a la discusión, de lo que se trata es de debatir, escuchar,reglamentar, legislar, en un tema que es tan importante como la materia electoral, lo que significa que se convertirá en un espacio en donde se va a tener que documentar y sistematizar la evolución de esta elección para fortalecer y mejorar el marco regulatorio en materia electoral.
En esto consiste, precisamente, en ir identificando aquellas fortalezas que tiene la reforma para mantenerlas, así mismo identificar qué cambios, qué mejoras, en su instrumentación se pueden proponer hacia un futuro y qué otros temas que no se incluyeron se puedan incluir con miras a las próximas elecciones federales.
De la crisis
Adicionalmente la Junta de Coordinación Política del Senado de la Repúblicaaprobó la propuesta que el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democráticaimpulsó para realizar una serie de audiencias públicas con funcionarios del gobierno, sectores productivos y académicos, para evaluar los impactos de la crisis económica en nuestro país.
Así las cosas se organizará a través de las comisiones de Hacienda, así como la de Comercio y Fomento Industrial, una serie de audiencias públicas con funcionarios para prever en buena parte los acontecimientos económicos que trae consigo una crisis como la que esta viviendo México.
Esto es con el propósito de ir haciendo el diagnóstico, evaluación y una serie de propuestas que permitan desde el punto de vista legislativo, pero también considerando los señalamientos del Ejecutivo, para salir adelante, sobre todo en temas como el empleo y el crecimiento económico.
No tenemos porque esperar a que empiece la LXI Legislatura para trabajar. Los senadores tenemos responsabilidades desde ahora
Minerva Hernández Ramos
Senadora de la República
No hay comentarios.:
Publicar un comentario