JOSÉ CARLOS AVENDAÑO
La Jornada de Oriente
Las afectaciones del calentamiento global en el campo ya son una realidad. Anteriormente los campesinos empezaban a preparar sus terrenos para el ciclo agrícola desde marzo, pero ahora ya no es posible, tienen que esperar a que caigan las primeras lluvias para empezar con esa labor.
Horacio Robles Soriano es un campesino de Soltepec, localidad ubicada en el municipio de Tlaxco, y desde hace más de 35 años se ha dedicado a la siembra de cebada y trigo, pero a partir de este año se animó a cultivar canola, lo cual hizo en buen momento porque lo único que producirá será esta oleaginosa, ya que la sequía atípica siniestró totalmente sus parcelas de cebada.
A sus 58 años de edad, Horacio se da cuenta que el calentamiento global ya alteró el ciclo agrícola, por ello se ha puesto como objetivo combinar la siembra de cultivos con la plantación de árboles en las 197 hectáreas que trabaja anualmente, a fin de propiciar las lluvias en el norte del estado.
–¿Por qué se ha dedicado a las actividades del campo?
–Desde que nací mi vida ha estado ligada al campo, mis padres fueron de origen oaxaqueños y conviví en la serranía en las labranzas con yunta, ahora en la actualidad todo está tecnificado, es otro ambiente.
–¿Por qué no estudiar en lugar de ser campesino?
–Soy contador público, pero pienso que hay que acercarse a la naturaleza, tenemos que adaptarnos a la idiosincracia de la localidad, pienso que por haber tenido la oportunidad de estudiar, en lo personal no lo guardo y trato de transmitir lo que aprendí a la gente.
–¿Cómo llega usted a vivir a Soltepec?–, se le pregunta.
–Mi esposa también es oaxaqueña, ella es originaria del Istmo de Tehuantepec y entre ambos compramos tierras en Soltepec. Yo nací en la sierra mixteca del estado de Guerrero, en Tlapa.
–¿Cómo se da cuenta un campesino del cambio climático?–, se le inquiere.
–A mi entender el calentamiento global es lo que propicia el cambio climático y eso es resultado del descuido que le tenemos al campo. Tengo la inquietud de reforestar mis terrenos, lo voy a entremezclar entre cultivos y vegetación.
“Anteriormente, unos cinco a seis años atrás, manejábamos los tiempos, ya estábamos en marzo y empezábamos a preparar la tierra, pero ahora por la seguía hay que esperar a que llueva a tiempo. Ahora no podemos hacer nada hasta que se presenten las primeras lluvias, si no llegan las lluvias no podemos empezar a preparar los terrenos”, refiere.
–¿El calentamiento global ha secado la tierra?
–La tierra es arcillosa, seca y dura en la localidad donde vivo, aunque el agua la reblandece y la revive cuando llueve, responde el contador público.
–¿Por qué apostó usted a la reconversión de cultivo este ciclo agrícola?
–Decidí completamente hacer el cambio de cultivo porque se dice que hay que darle rotación a las siembras y como la canola es algo nuevo para mí, espero que el siguiente año haya mayor producción, en espera de que el clima cambie y no sea tan variado como este año
“Este año ha sido muy atípico, aunque lo sentí desde el año pasado porque mi producción bajó demasiado y ahora también, pero aún así tengo la ilusión de que con el investigador y el técnico que revisan mis siembras se logre una buena producción”, comenta.
–¿Vive usted del campo o de su profesión como contador público?–, se le pregunta.
–Vivo del campo, un tiempo estuve ejerciendo mi profesión, pero desde hace años me he enfocado más a la agricultura.
–¿A cuánto ascendió su producción el año pasado?
–El año pasado obtuve sólo el 20 por ciento de cebada que esperaba, fue muy bajo por el cambio climático, ahora estoy dispuesto a reforestar mis terrenos para que si vemos las nubes que no se sigan. Hay que fomentar esto para que otras personas hagan lo mismo.
–¿Cuánto espera obtener de canola este año?
–Se dice que son 2 toneladas por hectárea y yo sembré 100 hectáreas, pues las 97 hectáreas restantes que trabajé de trigo y cebada no están logradas.
Horacio también tiene espíritu altruista y para ello creó una fundación que atiende a niños con cáncer. “No conozco personalmente a los pequeños que ayudo, pero me queda la satisfacción de que con mi aportación contribuyo a dar vida a la gente”.
http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2009/10/14/tlaxcala/contra08.php
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