Realizan en Tlaxco Exitosa Cirugía de Labio Leporino y Paladar Hendido

Pediatra Ulises Mendoza Cortés

Cirujano Plástico Pablo Escalante Salgado

Sr. Jorge Rivera Sosa, Gustavo y su Mamá

Sábado 24 de octubre. Siete de la mañana en punto salieron de Tlaxco, con rumbo a Tlaxcala, las tres niñas y los cuatro niños beneficiarios de la “Campaña de Cirugías de Labio Leporino y Paladar Hendido.”
Gracias al auspicio del Lic. Jorge Rivera Sosa, reconocido empresario del municipio de Tlaxco, al apoyo del Dr. Pablo Emilio Escalante Salgado (cirujano plástico certificado, quien ha realizado diversas campañas en los estados de Guanajuato, Michoacán y el extranjero) y también con la especial ayuda del Dr. Ulises Mendoza Cortés (pediatra que asistió en la cirugía, revisando a los niños para que entraran en buenas condiciones a su cirugía y que su evolución después de la misma fuera satisfactoria para regresar a casa sin problemas), se está realizando esta campaña en el municipio de Tlaxco.
Junto con este equipo de altruistas y llenos de esperanza, llegaron a la clínica los siete pequeños, donde de inmediato fueron recibidos y acomodados en sus cuartos. Algunos mostraron nervios, miedo, curiosidad, inseguridad, pero valientes auguraron una vida mejor.
Los padres aún con sueño, cansados, hasta preocupados, no asimilaban el momento. Pensaban en el mañana, en el resultado que la cirugía daría a la vida de los niños. “Su hija quedará muy bonita” decía el Dr. Pablo. “Ma’, ahora que sea bonita me caso” señaló la niña contenta. La mamá calló sorprendida.
“Me llamo Rogelio” -expresó el niño con esa voz gangosa que este defecto de nacimiento causa; lo dijo con algo de nervios, con algo de sonrisa, con algo de felicidad- “y ahora mi padrino de curación es el Señor Jorge Rivera”. Fabiola, la niña de siete meses, tan sólo posaba para las fotos sin saber nada, pero tal vez pregunte en unos años y comprenderá, al igual que Rogelio, la belleza del mundo.
La Técnica es sencilla. Antes se estudia de qué forma se hará el corte, en algunos casos solo se abre el labio hasta el punto dañado y se sutura con mucha finura cada borde. En otros, se llega hasta las fosas nasales y hay que descubrir la nariz, soldar, colocar placas, quitar tejidos de sobra, detallar los mismos tejidos. A esto se le llama Queiloplastía, cirugía de labio leporino.
Para el caso de Paladar Hendido, al igual que la anterior, se hace un estudio del paladar y se inician las reconstrucciones necesarias para el adecuado funcionamiento de la lengua, respiración, voz y la misma alimentación. En muchos de los casos, y como la palabra hendido lo indica, existen perforaciones y rupturas en el paladar, lo cual hace que no haya el correcto ejercicio de la boca. A esta cirugía se le llama Paloplastía.
Poco a poco se trasforman los rostros, la persona será diferente. Antes del quirófano es una, después, al salir, es otra. Cada minuto que pasa, cada nuevo punto, todo provoca una diferencia abismal entre lo que pudo ser y lo que ahora será.
Posiblemente los ojos a penas abiertos del paciente observen algo, perciban cómo la cámara flashea, cómo se mira con atención cada segundo de la cirugía. Pero sólo recordará cómo fue.
Tarda en salir la bebé, pero cuando por fin surge del pequeño quirófano, la mamá agradece a Dios y a esas personas que aportaron un pequeño grano para el mejor desarrollo de su hija.
No son héroes, no desean un reconocimiento, sólo esperan que las cosas funcionen. “Si esto nos ayuda, pues qué bueno que sea con algo que vale la pena. Simplemente aportamos algo para un mejor estilo de vida, el cual no quitaremos jamás.” Afirmó Jorge Rivera Sosa, al ser interrogado por una madre contenta de saber que su hija ya está “como nueva”.
¿Pero qué significa la ayuda de la familia Rivera Uribe para que siete niños del municipio de Tlaxco se beneficiaran de la ‘Campaña de Cirugías de Labio Leporino y Paladar Hendido’? “Significa mucho para ellos y una gran satisfacción para mí. Tal vez nunca los vuelva a ver, pero sabré que están contentos y que viven mejor. Sólo los invito a que si quieren mi ayuda y conocen a alguien con este problema, se acerquen a mí y haremos lo que se pueda.” Explicó un Jorge Rivera satisfecho, tranquilo, sin presunciones de su filantropía.
De la amistad que tiene el Lic. Jorge Rivera Sosa con el Dr. Pablo Escalante, de la constante labor social que los dos tienen en beneficio del pueblo y del deseo que tienen por aportar un granito de arena a la construcción de un mejor México, surge esta desinteresada tarea.
“Se tiene que lograr la campaña en Tlaxco, esperamos otros 23 niños. Qué bueno que no haya muchos niños, pero si los hay, ayudemos a que salgan adelante. Este tipo de defectos de nacimiento les provocan muchos problemas en la vida, hablamos de salud física y mental, también sociales.” Dijo el Dr. Pablo Escalante, que ha salido en muchas ocasiones al extranjero, poniendo el nombre de México en alto y ayudando a muchos niños. “Gracias a mi amigo Jorge Rivera que me está dando la oportunidad de venir a Tlaxco, con su apoyo y el de la gente de Tlaxco ayudaré a sanar más niños” terminó diciendo el doctor.
Despierta un niño llorando porque hay dolor después de la cirugía, pero será breve, el resto de su vida no dependerá de un problema que tenía solución.

Por Jorge E. López