Zafarrancho en el Congreso de Tlaxcala por reelección del rector de la UAT

Por e-consulta

jueves, 15 de octubre de 2009

Con diecisiete votos del PAN y sus aliados fue aprobada, a contrapelo de la ley orgánica del Poder Legislativo de Tlaxcala, la iniciativa de reforma que plantea la reelección del rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) que, según el propio alto mando de dicha institución, Serafín Ortiz Ortiz, opera para próximos rectores, no para él.

En una sesión que convirtió en un campo de batalla al salón de plenos y a la sala donde se hallan las curules de los 32 legisladores, panistas y opositores midieron sus fuerzas, se arrebataron micrófonos, se ofendieron, amenazaron, en uno de los espectáculos más bochornosos de los que se tenga registro.

El público que presidía la sesión se puso frenético. Golpeó a los diputados con bolas de papel, plumas, lo que tenían a la mano. Pero lo peor estaba por ocurrir.

Rodolfo Ortiz Ortiz, hermano del gobernador de Tlaxcala, pasó por alto la inviolabilidad del recinto legislativo y pretendió llegar hasta la sala de plenos, donde el presidente de la mesa directiva, el perredista Miguel Atlatenco, fue despojado del micrófono, cuando daba la palabra al panista Edilberto Sánchez Delgadillo, quien propondría la dispensa de la segunda lectura de la propuesta de reforma a la ley orgánica de la UAT, que en la sesión anterior fue tirada por una oposición conformada por perredistas, pesistas, petistas y hasta dos panistas.

Una persona calva, a lado de quien se desempeña como director administrativo del Hospital Infantil de Tlaxcala (HIT) agredió al diputado de Nueva Alianza, Enrique González Sandoval, quien segundos antes había impedido el paso a Ortiz. Este sujeto calvo, incluso golpeó en el rostro al legislador neoaliancista, quien embravecido, no retrocedió y, al contrario, obligó a salir al familiar del gobernador.

Estos llegaron en grupo y en actitud retadora. Utilizaron el acceso de la Junta de Coordinación y Concertación Política, siguieron por un pasillo que da al salón de plenos pero, ahí fueron detenidos y sacados mediante empellones e insultos.

Otro lugar hostil era la mesa del Pleno. Ahí, el priísta Arnulfo Arévalo, con un rápido movimiento despojó del micrófono a otro panista, Antonio Murias, quien hecho un energúmeno se puso en pié y lo golpeó en el vientre.

Mientras esto ocurría, la perredista, Ana Lilia Rivera, tomó otro micrófono y, para ello trepó a la silla giratoria, localizada en la parte baja, donde se apuestan los secretarios.

Los panistas habrían sido apoyados por Rodolfo Ortiz ante la impotencia mostrada. Contó con la ayuda del personal del Palacio Legislativo que le permitió accesar por la puerta trasera (con salida a Primero de Mayo).

Más tarde, en conferencia de prensa, el rector de la UAT, Serafín Ortiz Ortiz, lamentó que en la sesión del Congreso haya surgido la violencia y aclaró que en Tlaxcala los universitarios son gente pacífica.

Trascendió que la intempestiva llegada de Rodolfo Ortiz, habría contrariado a su hermano el mandatario tlaxcalteca, quien condenaría el hecho, aunque nada se hizo de manera pública.

Dadas las irregularidades en medio de las cuales se aprobó dicha propuesta, la bancada perredista adelantó que será interpuesta una controversia ante la Corte, cuyo resultado debe ser adverso al mayoriteo registrado en la sesión de este jueves.

Vale destacar el papel ambiguo que jugaron diputados como el perredista Antonio Mendoza y el priísta Aristeo Calva Lira, quienes a decir de integrantes de sus repectivas bancadas actúan con un criterio mucho más panistas que los albiazules.

No existe registro de una violación semejante al salón de plenos de la Legislatura tlaxcalteca, como tampoco de un enfrentamiento en el que dos bandos entraran en disputa estando tan elevados los ánimos.