Carece el PAN de estructura para ganar por sí solo la gubernatura, admite Sergio González

Tras asegurar que el arribo de Héctor Ortiz Ortiz al Partido Acción Nacional (PAN) fue por una coyuntura exclusivamente electoral en el año 2004, porque no había un proyecto político, el aspirante a la candidatura al gobierno de Tlaxcala por el blanquiazul, Sergio González Hernández reconoce que este instituto carece de la estructura para ganar por sí solo la titularidad del Poder Ejecutivo estatal.

Ante ello, el ex funcionario estatal y diputado federal con licencia sostiene que Acción Nacional tiene la obligación estratégica de pactar “con los liderazgos”, incluido desde luego el mandatario estatal, así como integrar un proyecto viable e incluyente de gobierno que convenza al electorado, ya que ninguno de los ocho aspirantes a la designación panista “tiene el liderazgo para triunfar por sí solo”.

En entrevista con La Jornada de Oriente, el otrora encargado de la vida política de Tlaxcala también se da tiempo para pedir reciprocidad a los neopanistas, a aquellos ex priistas que llegaron a su partido en búsqueda de cobijo durante la contienda electoral de 2004, pues si bien ya se sirvieron del partido para llegar al poder, ahora se requiere de ellos para hacer que los panistas accedan a éste.

Ex integrante de la burbuja panista, de ese grupo llamado al interior de las huestes de su partido como “los cuatro fantásticos”, que lo conformaron el también eterno candidato Adolfo Escobar Jardínez; el ahora líder del partido, Benjamín Ávila Márquez y el ex funcionario estatal, Felipe Flores Pérez, González Hernández reconoce que parte primordial del crecimiento de su partido se da con el triunfo de Héctor Ortiz en la sucesión gubernamental de 2004.

Artífice, junto con los otros tres integrantes de la cúpula panista local, del arribo del ex priista Héctor Ortiz a su partido, con su postulación como candidato a gobernador con la Alianza Ciudadana, devela que más allá de un proyecto político que compartieran, se dio sólo por una coyuntura político–electoral.

“El momento de 2004 se dio por una coyuntura del escenario político de Tlaxcala en donde la muestra total de imposición en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se seguía manifestando. De los personajes que en ese momento se estaban manejando en el escenario, te podría decir que con ningún otro podríamos haber hecho una alianza más que con Héctor Ortiz, no la hubiésemos hecho con Mariano González Zarur.

“En el caso de Héctor Ortiz, él tenía un fuerte liderazgo, lo cual ya era una garantía electoral. Quizá fue esa circunstancia un tanto electoral, porque no nos dio tiempo de integrar un programa con una identidad panista, porque fue hecho con una dinámica muy intensa cerca del proceso, por eso fuimos sólo por una coyuntura electoral”, rememora.

A pesar del triunfo electoral, de las posiciones de las cuales goza su partido en la administración estatal y del crecimiento político que ha tenido el PAN, porque dejó de ser un partido casi marginal para convertirse en la primera fuerza política de la entidad, todo eso le acarreo algunas diferencias al blanquiazul, sobre todo entre dos grupos: los neopanistas y los militantes de esta fuerza política, admite González Hernández.

–En esta coyuntura, ¿no piensan los panistas que ya les pagaron lo suficiente quienes llegaron de fuera en 2004?–, se le inquiere a Segio González.

–Esa expresión ya la he escuchado, pero les preguntaría: ¿no el partido les ha dado mucho, por eso vamos a equilibrar las cosas? Debemos tener presente que el arribo de los nuevos panistas nos ayudó a tener algunos espacios y posiciones de primer nivel, así como a formar algunos cuadros, pero no tanto. Ellos también están suficientemente pagados con lo que el partido les dio, porque tuvieron una oportunidad que en otro lugar les negaron, responde con un dejo de molestia.

Por ello, admite que una de las principales exigencias que ahora prevalece entre la militancia del PAN es que contrario a la elección federal pasada, en donde su partido cedió las candidaturas a diputados federales –que a la postre triunfaron– a tres ex priistas y neopanistas, es que “en este proceso sean los panistas los que tengan mayor participación en los comicios, tanto en los municipios como en los distritos.

No obstante, González Hernández –quien asegura no haber formado parte de ese grupo de los denominados secretarios de Estado florero, que sólo adornaban su oficina porque no eran ellos los que tomaban las decisiones de su encargo– da cuenta de la incapacidad que tuvieron los principales cuadros del blanquiazul para que al amparo de la administración estatal generaran el crecimiento de su partido y de sus estructuras.

“Hay que aceptar que cometimos yerros muy importantes en estos cinco años, entre ellos no haber aprovechado la circunstancia de ser un partido en el poder, nos faltó un trabajo político real, aprovechar esa representatividad y por eso seguimos siendo un instituto débil estructuralmente, porque no estamos fortalecidos”, admite el precandidato.

–¿Este abandono de sus funcionarios hacia el PAN no hace que la estructura electoral la tenga el gobierno?–, se le pregunta.

–Sí, claro, tienes razón y reconocemos y entendemos bien esta situación que vamos a vivir, no tendremos la posibilidad si no acordamos con los sectores y los liderazgos, pero debe haber un interés de las partes y ahí nos tocará buscar la mejor manera de acordar… el señor gobernador reconoce que el PAN tiene su parte, por lo que creo que no puede ser así (una determinación unipersonal, sobre todo la designación del candidato) por eso debe haber acuerdos para tener una fortaleza que nos saque adelante, responde.

“Más allá de esa distribución de espacios, que es parte del acuerdo, es necesario crear un programa de trabajo con un sello más del partido, por lo que espero que sea ese el eje en esta candidatura. Lo otro, la distribución de espacios, no lo vamos a negar, pero es secundario”, asienta.

Por ello, González Hernández minimiza la posibilidad de que las huestes panistas, incluidas las del gobierno del estado, puedan fracturarse de cara a los comicios, porque “esa posibilidad la verdad es que no la veo, porque los actores ya han madurado. Sergio González puede irse a su casita sin ningún problema si es que no logra la candidatura para los comicios de julio”.

A decir del aspirante a la candidatura panista, una forma de concretar esa cohesión entre los grupos debería ser un proyecto de gobierno de largo plazo, sobre todo “hoy porque no tenemos como aspirante a una persona con el mismo liderazgo que Héctor Ortiz y dígase lo que se diga, todos estamos en el mismo estándar, por lo que un programa de gobierno es lo que nos puede dar la fortaleza ante el electorado. Esa coincidencia con los panistas de nuevo cuño y los viejos militantes la debemos plasmar en un programa hacia la sociedad. Si no lo hacemos de esta manera entonces en qué nos tendremos que basar, acaso nuevamente en una coyuntura electoral”.

–¿Pero el PAN tiene el poder?–, se le inquiere.

–Sí, se tiene el poder y al final las acciones de gobierno pueden ayudar para que el partido refrende el triunfo, pero cuenta mucho la persona, porque la gente se va a favor de ello, por esos debemos buscar la unidad, por lo que el proceso interno debe ser el medio para lograr esa cohesión, no para dividirnos, porque de lo contrario estaremos en serias dificultades, advierte.

Respecto a su postulación como aspirante a la candidatura del PAN, González Hernández refiere que esta pretensión “no nace sólo de un servidor, sino que ha sido alimentada por la sociedad. Decido ir al frente porque se conjugan varias cosas, hay un deseo de servir, te formas una visión de cómo te imaginas al estado y en Tlaxcala tengo una idea muy concreta de cómo trabajar. Quizá no somos un estado rico, pero tampoco existe la miseria que en otros lugares. Tal vez a esta administración le faltó promoción y estar en los momentos adecuados para atraer inversiones.

Y enumera cuales serían las 10 principales acciones de su administración en caso de llegar a la titularidad del Ejecutivo local: regulación interna de la administración pública, fortalecimiento del mercado local, promoción intensa a nivel nacional e internacional, impulso al sector primario, competitividad, un marco jurídico acorde a las exigencias nacionales, reforma judicial para que la ciudadanía crea en la justicia, salud preventiva, fortalecer la educación superior y orden social, “porque necesitamos menos política y más trabajo”.

–¿Pero se dice que en el PAN los dados ya están cargados?–, se le ataja.

–No veo todavía una decisión. Aunque estamos abiertos a la ciudadanía, creo que hay la visión de que en la designación del candidato se tome en cuenta al partido y dentro de las posibilidades de que alguien del PAN pueda ser el candidato. Ya corresponderá al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de mi partido tomar la decisión, que creo sería lo mejor, que ellos definan de manera directa.