Delfinoterapias ¿por qué no?

Minerva Hernández Ramos

En los últimos años, los delfines se han convertido en un factor indispensable para el tratamiento complementario de pacientes con necesidades especiales, así, lo han demostrado diversos estudios aplicados en miles de personas estimuladas a través del contacto con el sonido que emiten estos mamíferos.

La Terapia Asistida con Delfines (TAD), mejor conocida como delfinoterapia, representa una importante opción como método de tratamiento alternativo para pacientes con necesidades especiales.

De acuerdo con los expertos, ya están comprobados científicamente los beneficios que conlleva la convivencia con delfines a manera de terapia, pues produce mejoría tanto en aspectos cognoscitivos como emocionales, lo cual repercute en la mejora de atención en ambientes de enseñanza, también disminuye los niveles de ansiedad al modificar algunos parámetros como frecuencia cardiaca, ritmo cerebral y tono muscular.

Así, niños, jóvenes y adultos que presenten trastorno por déficit de atención con hiperactividad, síndrome de Down, problemas de aprendizaje y lenguaje, parálisis cerebral, autismo, retraso sicomotor, epilepsia, depresión, ansiedad y estrés, entre otras alteraciones, pueden recibir y adelantar con los beneficios de la delfinoterapia.

La terapia es muy sencilla: el paciente boca arriba coloca su cabeza cerca de la del delfín. De esta manera reciben directamente las ondas sonoras de alta frecuencia que emite el mamífero, cuya intensidad solo es comparada con la máquina de soldar metales (8.2 watts). Las citadas frecuencias, medio de comunicación de los delfines, llegan al sistema nervioso central de los niños y les ayudan a mejorar la plasticidad cerebral.

Testimonios expresados por familiares de los pacientes, dan clara muestra de los avances que han tenido quienes se someten al tratamiento, principalmente en lo que atención, movimiento, relajación y habla se refiere.

Existen casos en donde pacientes imposibilitados en el habla o quienes dados los padecimientos con que llegan no coordinan sus movimientos, después de algunas sesiones a las que se someten, muestran mejorías increíbles, todo dependiendo del grado de avance que muestren en cada trastorno y el cual es diferente en cada una de las personas a las que se atienden.

Esto no quiere decir que la delfinoterapia, venga a sustituir las demás terapias tradicionales, sino que viene a reforzarlas, ya que después de un tratamiento de delfinoterapia, se van a aprovechar más las demás terapias.

En este sentido y dado los múltiples beneficios para la población, considero conveniente la implementación de un programa de delfinoterapias, para atender a pequeños con parálisis cerebral, síndrome de Down, hidrocefalia, microcefalia, retraso psicomotor, síndrome de rusell y silver, melomelingocele, epilepsia, autismo y trastorno generalizado en el desarrollo, sólo por mencionar algunos.

Este ejercicio ya se efectuó en el pasado, en una de las ediciones de la Feria de Tlaxcala  con magníficos resultados,  no obstante de que han pasado ya varios años, muchas madres de familia aún recuerdan con cariño estas jornadas que tanto bien trajeron a sus pequeños.

Si bien la inversión es considerable, bien vale la pena hacer el esfuerzo por cientos de pequeños y sus familias que se verían beneficiados en su calidad de vida.

Hoy día, el gobierno del estado gasta más de 44 millones de pesos en un helicóptero destinado al uso exclusivo de unas cuantas personas, por qué no pensar ahora en aplicar los recursos públicos en el bienestar de la colectividad.

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