Policías nuevamente al acecho

Hace un tiempo, recién iniciada la actual administración, cuando estaba de comandante el famoso y sutil Gilberto Gallegos, un grupo de jóvenes se encontraba conversando y tomando en la explanada del Centro Expositor. Con apenas 30 minutos de haber llegado a ese lugar, uno de los más seguros y solitarios y en donde se puede convivir sin salir del pueblo, los policías se acercaron para pedirles que se fueran. Los muchachos trataron de convencerlos para que los dejaran un momento más, pero Gallegos no permitió palabra más de uno de ellos e intentó detenerlo para llevarlo a los separos. Al darse cuenta sus compañeros, rodearon al comandante para quitárselo, pero antes de que pasara eso ese mismo funcionario cortó cartucho apuntando a los muchachos. Esto lo comprobamos con un video que nos enviaron los afectados, en este video se ve cómo los muchachos rescatan a su compañero y la forma en que el ex comandante, y ahora policía de crucero, Gilberto Gallegos, responde ante gente que no cometió delito alguno.
Este tipo de hechos fueron constantes y lo son en esta administración. Reprimen y tratan como delincuente a cualquier ciudadano, encierran a menores de edad, agreden verbal y físicamente, son totalmente intolerantes.
En estos días y pretextando lo que normalmente hacen, los distinguidos cuerpos de policía volvieron al camino de la prepotencia y represión. Es justificable el hecho de que retiren a las personas que se encuentran tomando y haciendo ruido en la vía pública, pero no lo es cuando con este pretexto agreden, ofenden y tratan como delincuentes a quienes no lo son.
Se creía de estos funcionarios que solamente obedecen órdenes, pero también hacen cada quien su voluntad provocando y ofendiendo al ciudadano. Desafortunadamente, como el ignorante del presidente lo demuestra, no se prestan para el diálogo, porque al tratar de conciliar responden con una ofensa o agresión.
También se sienten con el derecho de dar órdenes y violentar derechos, de poner en estado de indefensión y coartar libertades.
Esto habla de que la reciente capacitación que les impartió la Policía Federal y la Procuraduría General, sirvieron de mucho para tratar mejor al ciudadano.
O será como alguna vez dijo Silverio, el actual director de seguridad municipal, “los voy a tratar con flores, para que no se ofendan”. Confundiendo la seguridad y autoridad que un policía debe mostrar ante los delincuentes, con la mala educación y prepotencia que él, y ahora sus alumnos, usan para tratar a ciudadanos y a delincuentes.
Ya queda poco tiempo para que termine esta administración, algunos policías están conscientes, entienden que su trabajo puede acabar terminando este periodo, también lo están de que mejor agradan al ciudadano que ser su enemigo. Los que no piensan así, locos indomables y aprendices de ignorantes, se creen poderosos y con eso justifican sus malos tratos, pero no saben que penden de un hilo y que el pueblo califica su trabajo de dos formas, bueno o malo.