30 noviembre 2010

¿Por qué no dejamos de ser corruptos?

En la última medición de Transparencia Internacional sobre
la corrupción en el mundo, México apareció, como en otros
índices políticos y económicos, cayendo en picada. Podría
decirse que hoy somos más corruptos, menos prósperos,
más desiguales y más violentos que en cualquier otro periodo
reciente desde que se hacen mediciones comparadas
internacionales. ¿Por qué en lugar de avanzar retrocedemos?
Esbocemos algunas hipótesis que se encuentran presentes
en las reflexiones públicas y que apenas alcanzan a explicar
el deterioro de nuestra convivencia social.

1. “La corrupción somos todos”. Esta leyenda urbana
surgida en el lopezportillismo tiene acompañándonos ya
varias décadas sin que mengüe su significado. Aludiría
a que no sólo la clase política o los partidos y los gobiernos
concentran la corrupción, sino que más bien es una
práctica social aceptada, considerada necesaria en miles

de circunstancias cotidianas para no meterse en mayores
problemas, para agilizar trámites, para evitar mayores
costos sociales, para alcanzar objetivos. Esta hipótesis
hace responsable a toda la sociedad, a todos los mexicanos
en su conjunto, de seguir impulsando una práctica
que parece tener ciertos beneficios en lo inmediato para
quien la practica. [...]

Por: Juan Luis Hernández
Revista M-X

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