Casos de avaricia, gula, envidia, lujuria, pereza, ira y soberbia en la economía y en la política.
Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia, son los siete pecados capitales, una clasificación de los vicios que se mencionaban en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana, pero que bien se pueden aplicar para cualquier situación, profesión o país. En México algunos actores políticos, económicos y financieros, por sus actitudes, comentarios y hechos, se podrían quedar dentro de la clasificación de estos 7 pecados capitales. En estos días de guardar y reflexionar, más lo segundo que lo primero y no para todos, el momento resulta propicio para recordar algunas acciones de estos protagonistas.
La lujuria es usualmente considerada como el pecado producido por los pensamientos excesivos. La gula se identifica con la glotonería, aunque en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado.
La avaricia es un pecado de exceso, mientras que la pereza aparta al creyente de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran.
La ira puede ser descrita como un sentimiento desordenado, sin control, de odio y enojo. La envidia es desear algo que alguien más tiene y que perciben que a ellos les hace falta.
La soberbia, es el origen de todo. Es identificado como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en obtener un estatus elevado y subvalorizar al contexto.
El número siete fue dado por Gregorio el Grande, el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Según Santo Tomás de Aquino, el calificativo capital no alude a la gravedad de estos pecados, sino a que de ellos se derivan todos los demás, y Dante Alighieri los retoma en su "Divina Comedia".
La lujuria es usualmente considerada como el pecado producido por los pensamientos excesivos. La gula se identifica con la glotonería, aunque en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado.
La avaricia es un pecado de exceso, mientras que la pereza aparta al creyente de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran.
La ira puede ser descrita como un sentimiento desordenado, sin control, de odio y enojo. La envidia es desear algo que alguien más tiene y que perciben que a ellos les hace falta.
La soberbia, es el origen de todo. Es identificado como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en obtener un estatus elevado y subvalorizar al contexto.
El número siete fue dado por Gregorio el Grande, el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Según Santo Tomás de Aquino, el calificativo capital no alude a la gravedad de estos pecados, sino a que de ellos se derivan todos los demás, y Dante Alighieri los retoma en su "Divina Comedia".
http://www.cnnexpansion.com/economia/2011/04/21/los-excesos-que-algunos-cometen?newscnn1=[20110422]
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