Entró la calaca un día
Con sus fauces muy ufana,
Buscó en la tesorería,
A un gordo que se engalana.
Al mirarlo allá sentado
Entre tanta comilona,
¡Por tus huesos!, le grito,
¡Ha venido esta pelona!
¡No me lleves!, le gritaba,
Inmutado por el susto,
Te daré una mochadita
Del presupuesto con gusto.
¡Te llevo, ya!, le contesta,
Con tu panzota al panteón.
Hare un festín con orquesta,
¡Con tus carnes, mantecón!
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