De ofensas y cariños

Por Jorge Esteban López García

Todos los comentarios que aparecen en esta página y los que he bloqueado, son escritos por integrantes de los equipos de campaña. Entre ellos se destazan y ofenden, entre ellos juegan con el pellejo del hambriento pueblo, del mal educado mexicano.

Acechan con sus garras y defienden (no al pueblo) lo que según merecen por haber perdido uno o dos meses de tiempo. Porque si preguntamos a todos ellos qué buscan allí, nos dirán que el bien del pueblo, pero la verdad es que buscan colocarse dentro del presupuesto, porque la verdad es que nunca han hecho algo por el pueblo y casualmente lo hacen en estos tiempos.

Entonces salen a relucir los medios de comunicación y somos los villanos, los que decimos todo tipo de atrocidades en contra de los candidatos. Pero no sucede así, porque son ellos y su equipo de campaña quienes se lastiman, denigran, ofenden, difaman y le echan la culpa al medio de comunicación. Incluso hoy, en un mitin político, vi algunas caras largas, como si este medio tuviera la culpa de lo que hacen los candidatos y de lo que dicen de ellos. 

La verdad molesta y es costosa cuando las cosas no se hicieron bien, de mi parte no tengo la culpa de que el conflicto por unos terrenos afecte la candidatura de alguien. Tampoco que perjudique competir con otro candidato y por otro partido, menos de no tener una imagen positiva ante la gente, o de no ser conocido, o de cualquier clase de afirmaciones que ni siquiera hace el medio de comunicación. 

Firmo lo que digo y hablo lo que perjudica o ayuda al pueblo, no lo que afecte o beneficie al candidato. Como parte de un medio tengo derecho a dudar de todos los aspirantes, de ofrecer al pueblo lo que creo es positivo y negativo, de hacer lo posible para dar a conocer al ciudadano lo que es el candidato. Me importa un bledo si los candidatos se molestan por publicar algo que afecta su imagen, pues antes de ver a ellos veo al pueblo, porque el pueblo es el que me interesa; no estoy acá para limpiar la imagen de los candidatos. 

Candidatos que por cierto me hablan con seriedad, o me reclaman algún comentario, o me dicen que hable bien de ellos, o me quieren callar, o tratan de inundarme con ideas que sólo confirman mi apreciación hacia ellos.
También los equipos de campaña aún no entienden, a pesar de los años que llevan como integrantes de un partido o un proyecto de campaña, lo que es una guerra sucia en la política. Si preguntamos de un lado sólo ellos dicen la verdad, si preguntamos del otro lado también ellos dicen la verdad, y allí empiezan las grandes ofensas, pero desconocen que así son las reglas del juego y que en esas reglas están considerados los medios de comunicación. 

Ahora toca hablar de los candidatos, empiezo por "el primero" para que no me salude serio y considere que los improperios no son a su persona ni familia, son a los políticos y figuras públicas que desde hace tiempo han sido su familia y que ellos son independientes de él en cuanto a que cada quien tiene su historial de vida.   

Jorge Rivera es una buena persona, ciertamente no vive en Tlaxco, vive en Ciénega Larga y eso lo perjudica, de todos los argumentos que han puesto en la mesa sus contrincantes es el único válido. La gasolinera como bomba de tiempo no es un argumento válido, ya que el drenaje, los tanques de gas, la contaminación que hacemos y todo el daño que nos hacemos a nosotros mismos es peor que la gasolinera; además, le compran hasta sus contrincantes políticos. 

Carlos Torrejón es una buena persona, pero no se trata de ser buena persona y tener buenas intenciones, se trata de saber para qué sirve ser buena persona y tener buenas intenciones; creo que sus propósitos están determinadas por su personalidad, la cual es inquieta y con decisiones un tanto equivocadas. De su personalidad pícara es lo de menos, pues todos los políticos se mientan la madre y se codean entre ellos (como los “grandes”).

Emilio Guarneros es muy serio (su principal defecto), el más serio y es un ciudadano que necesita aprender mucho de política; que tiene buenas intenciones y que ama a Tlaxco (eso lo demuestra), por lo menos se preocupa de lo que pasa y hace preguntas; se interesa por todo. Además da trabajo, mal o bien pagado, como sea, da trabajo y apoya proyectos laborales.

Roberto Zamora se muestra inteligente, no dudo que lo sea, pero nunca tuvo un acercamiento mayor con la gente. Hasta ahora que es candidato, aunque lo niegue, se está rozando con el pueblo. Cierto, las universidades, las preparatorias, los puestos en la función pública, etc., le han permitido estar con y conocer el pueblo.

Rosalinda Muñoz es una mujer que escucha, pero que a veces demuestra soberbia, que desconoce con exactitud los problemas del pueblo e incluso lo que el pueblo hace. Hizo muchas cosas durante su gestión municipal, sobre todo las que llamaran la atención; también trató de convivir con el pueblo y planteó muchos nuevos proyectos; pero quedó a deber mucho al pueblo.

Alfonso Rodríguez fue diputado, pero tiene un gran punto en contra, muchos lo desconocen y peca de arrogancia cuando expone sus ideas. Aunque siempre fue un político que viajó en transporte público desde Atotonilco hasta Tlaxcala, eso lo hace un tanto sencillo.

Asunción Gutiérrez también es arrogante, pero es parte de su contexto de vida, pues muchas personas que se dedican a la charrería hablan fuerte y golpeado. Tiene muchas ventajas, la primera es que ya ha gobernado, luego sabe de alguna manera qué es legislar y también tiene mucho acercamiento con el pueblo.

Delfino Suárez ha sido político de muchos partidos, fue cercano de Héctor Ortiz Ortiz y ha tomado algunas decisiones aceleradas, que le han restado puntos, por ejemplo, cambiar constantemente de partidos y no someterse a lo que el pueblo le dijera, hablemos del caso “Dávilas” u “Ortices”. Pero es un político que la habla al pueblo, que sabe a quién llegar y cómo llegar. También tiene su riqueza, pero tiene una ventaja, su imagen en Tlaxco no es tan negativa.

Todos ellos odian lo que escriben los medios de comunicación, piden y hasta suplican para que no salga nada de lo que se dice. Lo malo es que no evitarán que el pueblo piense y hable, porque si no hay periódico hay otros medios y eso no lo evitarán. Mejor que evadan hacer tonterías y que hagan un trabajo digno, para que este y otros medios de comunicación no digan “mentiras” (como ellos llaman a las verdades que decimos). 

Para terminar, da risa como todos los candidatos hablan mal de sus contrincantes, y los ofenden y dicen que son corruptos (entre ellos se ofenden). Y resulta que todos son santos, nadie de ellos es mentiroso y lo que dicen es la verdad. Entonces no entiendo cómo aseguran, cuando se publican sus verdades, que son una blanca palomita y al final los medios de comunicación son los que provocaron toda esa guerra. Mejor que gobiernen y que dejen de jugar con la voluntad del pueblo, no es necesario ser presidente, diputado o senador para ayudar.