24 julio 2013

Carta al Presidente Electo

Por Jorge Esteban López García
Independientemente de la amistad y del agradecimiento que le tengo por apoyar algunos proyectos culturales y políticos, también de lo que haya hecho por el pueblo y de lo que espero hará, escribo esta carta para indicarle que Tlaxco necesita de un personaje que ame a Tlaxco y que sepa con firmeza qué es Política.
Como usted sabe, Rosalinda Muñoz Sánchez demostró ser una persona inteligente y supo acercarse al pueblo en el momento adecuado, aunque en estos días pecó de soberbia y arrogancia. Presumió demasiado la obra pública que sí hizo y pensó que el pueblo le tenía que dar gracias, incluso llegó a decir en el canal local que su error fue haber hecho demasiada obra. Supo administrar, porque supo quiénes entraron a trabajar a la administración pública de Tlaxco para cubrir un compromiso, supo quiénes entraron para cumplir caprichos de amigos y supo quiénes entraron para no quedar mal con su familia; además de que también supo quiénes están allí porque lo merecen, que son muy pocos. Entró a la administración del Ayuntamiento como la primera mujer edil, como la presidente más joven y como una persona capacitada para gobernar; incluso se dijo que por mucho superaría al innombrable de Tlaxco. También se creyó que por sus estudios sería una de las mejores administraciones y que podría hacer el cambio. Pero nunca logró tal objetivo, porque hay un Gran Requisito: Gobernar es al Pueblo. Y nunca estuvo demasiado cerca del pueblo a menos que lo necesitara, siempre presumió su administración en otros lugares a la manera priista, siempre se aprovechó de los recursos públicos, siempre se rodeó de personas que nunca entendieron para que estuvieron allí, siempre fue priista y el PRI nunca ha cambiado. Ella no fue la mejor presidente de este pueblo, ni siquiera cabría en este texto compararla con alguien, mucho menos con su antecesor, quien fue peor político. Creo que ella piensa (y la mayoría piensa lo mismo) que ser político es pertenecer a un partido político y sentarse a dirigir un pueblo, pero no es así y siempre lo he dicho, ser político es trabajar para que el pueblo crezca en cualquiera de sus aspectos: económico, cultural, religioso, político, social, etc., y no sólo aspirar a ocupar un puesto en la función pública. Eso la castigó y castigará a muchos, aunque ella seguirá siendo inteligente y si gusta de estar en la política, lo hará sin esperar nada a cambio (aunque lo dudo de ella y muchos políticos).
Silvestre Velásquez, Ernesto Muñoz, Manuel Sosa y Rosalinda Muñoz (son los que puedo analizar de alguna manera), me han servido para entender muchas cosas de la sociedad, política y cultura de Tlaxco. De ellos he sacado argumentos, conclusiones, conjeturas, ideas, etc., que fortalecen aún más mis argumentos y ayudan a que mis críticas sean opulentas; ayudan a que me atreva a decir cosas que otros callan. Por eso mismo me atrevo a decirle que Tlaxco necesita un gobernante de verdad, aquél que no sólo provoque un crecimiento económico, también que contemple los demás aspectos. Tlaxco requiere a ese gobernante que dialogue con el pueblo y que se apoye en el pueblo, que entienda que es Presidente Municipal y no se haga a la idea de que recibió el trofeo añorado. Tlaxco necesita un líder que sepa valorar todo, incluso a este medio de comunicación (por cierto, tan mal juzgado por todos los equipos políticos, incluso calificado de villano de la película por su propio equipo).
Ojalá Usted sea ese estadista que Tlaxco esperó, de lo contrario seguiremos estancados económica, política, cultural, religiosa y socialmente.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu carta amigo jorge esta muy bien, porque refleja lo que la mayoria de la gente percibe, que los tlaxquenses estamos desconfiados de que pueda hacer un buen trabajo, por todo lo que se comenta de su familia y los detenidos de teopan y campesinos de la UNTA, y porque en su co unidad no hay nada de obra pública, apesar de que su papa y su hermano han sido presidentes de chignahuapan b y ahora el sobrino, en cuanto a rosalinda es cierto le peso mucho esa soberbia, el ego y el no tener contacto con la gente, pero habrá que ver que es lo que hacen Roberto zamora quien es arrogante, creido, y ahora bien tanto Rivera como ROBERTO ZAMORA NO VIVEN EN TLAXCO, JORGE EN CIENEGALARGA Y ROBERTO EN SANTA ANA.

Que no habrá gente capaz, con valores y con eln sentido de trabajar por arraigo a su tierra, en fin es hora de esperar el tan anhelado crecimiento de tlaxco en lo econocmico, obra pública y sensibilidad hacia todos los habitantes

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