Renuncia Octavio Sosa Rodríguez

Por Jorge Esteban López García

A la manera de Peña Nieto, una manera muy cobarde y poco humilde, utilizando el poder para sentarse y para ponerse de pie y largarse sin mirar los ojos del pueblo, Octavio Sosa Rodríguez renuncia de su puesto como Secretario del Ayuntamiento y declara que su decisión es personal e irrevocable, además de que sale del Salón de Cabildos con prisa y con muy pocos deseos de escuchar lo que querían decirle muchos presidentes y regidores.

De una manera poco formal, sin avisar de la repentina renuncia y sin pedir propuesta alguna, en la que el cabildo se quedó cerca de 30 minutos sin Secretario y en el que no se declaró receso y el Cabildo fue un desorden, Rosalinda Muñoz Sánchez regresa diciendo que si no hay otra propuesta, ella propone al Lic. Javier Reyes Moreno y les pide que voten de manera económica para que ocupe el puesto. Votó la mayoría para que la propuesta sea tomada en cuenta y de esta forma el Ayuntamiento de Tlaxco tiene nuevo Secretario del Ayuntamiento.

Sin hacer que su nombramiento sea opacado por el caso Octavio Sosa Rodríguez, que fue muy polémico, y tampoco lo sea por el poco tiempo que resta a esta administración, Reyes Moreno ya fue Secretario del Ayuntamiento en el periodo de Silvestre Velásquez, además fue Juez del Registro Civil en el período de Ernesto Muñoz. Sabe de los formalismos de un Cabildo, de la seriedad con que se debe tomar el puesto y de cómo se debe actuar dentro, también conoce la Ley Municipal, por eso mismo sabrá reconocer la informalidad con que fue elegido.

Dicen los que se manifiestan en la Ciudad de México que ya están hartos de que los políticos jueguen con el destino del pueblo como si jugaran baraja, creo que así sucedió, de parte de Rosalinda Muñoz, quien con muy poca seriedad permitió la renuncia de un funcionario que nunca lo debió ser y, de parte de un funcionario que más allá de sus problemas personales, debió aceptar desde un principio que tenía problemas personales y legales que atender; además de que su salida pareció huida.

Octavio Sosa fue Secretario del Ayuntamiento durante dos años y ocho meses, en los que trató de imponer sus ideas dentro del Cabildo, portándose en muchas ocasiones prepotente y autoritario, no haciendo caso a muchas de las recomendaciones que se le hacían. También fue dudoso su nombramiento, pues desde un principio declaró ser Licenciado y tener cédula profesional, la cual se le pidió y nunca mostró ni en cabildo ni a los medios; además dijo emprender otros estudios de posgrado. Muchas veces se le acusó de tomar decisiones equivocadas en diferentes casos, por ejemplo en El Sabinal, en donde abordó el asunto de manera casi personal, como los policías; este caso y muchos más los abordó de esta manera, el otro caso es la supuesta violación en Atotonilco. Es cuestionable su situación porque nunca quiso aclarar las decisiones que tomó junto a la presidente municipal, ya que se le pedían explicaciones y alzaba la voz callando a los integrantes del Cabildo. A pesar de estar en la función pública, siguió litigando y la cédula que presentaba en los juzgados (como lo dijeron a este medio trabajadores de los juzgados, con copia de la cédula), no era de él, pues el número de cédula pertenecía a otra persona y su nombre nunca apareció, como si aparecen los de muchos profesionistas de Tlaxco. Como Secretario del Ayuntamiento no hizo nada bueno, porque su trabajo dentro del área política y pública, desencadenó en el desprecio a la nueva administración; es decir, no pudo conciliar al pueblo con las políticas públicas de Rosalinda Muñoz Sánchez.