Desde una golpiza a un compañero escritor hasta una matanza por discriminación en un bar gay, se dan señales de decadencia, falta de criterio, ausencia de inteligencia y nada de tolerancia. Lo cual significa que no hay reflexión auténtica y tampoco se valoran las otras vidas.
En estos tiempos sentirse omnipotente y único, sentirse macho e inteligente, está de moda. Leía un artículo del regreso de los hipster y de las características no valoradas en estos, por ejemplo, su gusto por el jazz, por los libros, por la plática, por el mundo, por la humanidad, etc., pero me acordé que gran parte de los hipster de ahora no son lo mismo, ahora les gusta la banda, las groserías, los "putazos", el despilfarro y el "desmadre".
Desde una golpiza que sólo demuestra falta de inteligencia y valor, hasta una matanza de personas (quienes sean y como sean, son personas), es a lo que hemos llegado con este mundo y esta dizque humanidad.
Tal vez esa golpiza pudo ser una muerte más en este mundo de locos, donde asesinaron a 50 personas. Lo peor es que quien golpea, quien mata, cree que tiene la razón, porque no hay visión, no hay reflexión, no hay un panorama que permita entender que somos muchos y cada quien trata de vivir para merecer lo que se busca, no lo que otros quieren que merezcamos.
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