Mientras esculpía y dibujaba, pensaba en revisar el facebook. Como siempre que reviso mi muro, encontré un articulo de Revista Nexos sobre Jorge Ibargüengoitia y su tarea como prosista, como un periodista de respeto y como un escritor siempre dedicado a su labor de acomodar palabras. Pero este mismo artículo me llevó a otro, decía Filosofía y Dominación, de Luis Villoro, el cual no he terminado de leer pero me imagino un poco lo que dice y por eso me atrevo a nombrar así el artículo que a continuación redacto.
Hace mucho no escribo mi opinión personal en Carro Gris, no lo hacía por diferentes circunstancias, pero también por falta de tiempo. Ahora que leía el artículo que menciono antes, me decidí a hacerlo con el objetivo de seguir reflexionando sobre nuestra manera de pensar y nuestra cultura como tlaxquenses.
Seré breve, ni el gasolinazo nos provoca manifestarnos, ni lo que hizo la autoridad anterior nos provoca manifestarnos, ni o que hacen o no hacen provoca que tengamos que manifestarnos, todo se lo dejamos a la voluntad de Dios, porque suponemos que él nos salvará de todos nuestros pecados o él nos ayudará a cumplir todos nuestros deseos.
Es una malformación de nosotros, costumbres impuestas por la familia, por la calle, por la misma cultura, que nos han formado como lo que somos, un pueblo pasivo y desinteresado de nuestro destino como sociedad.
Lo que he leído sobre Tlaxco me da la razón, pues dependemos de que otros nos impulsen. Pero eso no significa que estemos mal, sólo significa que así somos y muchos hemos vivido bajo esta condición.
No estamos acostumbrados a probar algo diferente, algo nuevo, pero rompemos constantemente con las tradiciones copiando lo superficial que nos traen de fuera. No estamos acostumbrados a tener iniciativa propia, pero nos molestamos y criticamos cuando alguien la tiene. Muchos sólo estamos acostumbrados a conformarnos, a vivir al día. Ni siquiera somos capaces de comprarnos a nosotros mismos ideas, nos alejamos de lo que somos para buscar lo que deseamos ser, en ese lapso, nos bloqueamos y desconocemos qué somos. Creo que en muchas partes de México pasa, en Tlaxco también,
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