Gracias a él, Tlaxco, Tlax., es un pueblito que se mira en el globo terráqueo. Además, enseñó a muchos cómo salir adelante mediante actividades sanas, como lo es el Oficio de hacer algo (actualmente desvalorado). También abrió su corazón a muchos hermanos de otras culturas, dándoles hospedaje en su hogar. Pero sobre todo, nos enseñó a respetar y amar nuestro hogar: la Naturaleza.
Gracias por enseñarnos a escuchar las miradas y a saborear los aplausos del alma.
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