Sobre la carretera Tlaxco-Chignahuapan, a la altura del Kilómetro 31, podemos ver cómo la delincuencia es capaz de hacer de las suyas en las narices de quien sea. Policías Estatales y Municipales pasan "diariamente" por allí, disque haciendo rondines, disque resguardando al bosque y a quienes transitan por allí, pero vemos que no es así.
Multan a conductores porque no traen placas, los multan porque vienen sobre cargados, los detienen porque son sospechosos de robo, los detienen porque no encuentran las placas en el sistema, hacen retenes y cuestionan todo, pero desgraciadamente lo hacen a las personas equivocadas.
Desde hace 3 años una o dos unidades salen de Tlaxco a la finca antes mencionada y regresan sin que nadie sospeche que van a hurtar puertas, zaguanes, ventanas, cables, vidrios, cercas, árboles, etc., a dos casas que tienen dueños y que deben ser respetadas. ¿Será que tienen permiso para llevarse todo?
Personal del Ejido Tlaxco y vecinos de esas propiedades, han avisado de manera personal a los policías estatales, no sólo de ese despojo, también del robo imparable de árboles, pero de nada ha servido. El asunto acá, específicamente en el caso de las propiedades mencionadas, es que han robado hasta los focos y ahora van con los árboles, entonces existe el temor de que sigan con las propiedades colindantes.
Cuentan algunos campesinos que una vez encontraron a un grupo de 6 personas segando cebada y fueron a enfrentarlos, estos lo único que dijeron es que "no estamos haciendo daño, esto es de la naturaleza, es de todos, así que no estamos robando." Dicen que cínicos y desvergonzados, estos rateros se fueron enojados porque no los dejaron cortar cebada en propiedad ajena. De seguir así, llegará el momento en que roben un carro y te digan "tú tienes la culpa por dejarlo en la calle."
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