Opinión

 Por Jorge Esteban López García

A veces me pregunto: ¿Para qué Opinar? Porque lo hagas o no, todos hacemos lo que se nos da la regalada gana. Samuel García y su señora esposa, Mariana Rodríguez, lo hicieron. Y si ellos pueden, por qué no los demás. Aunque creo que desde hace años ya lo hacían otros, sólo que era difícil enterarse. "Benditas Redes Sociales".

Fue cuestión de minutos para que observáramos en Redes Sociales que el Presidente Municipal de Tlaxco, Armando Flores López, estaba pavimentando el empedrado. También fue cuestión de minutos para que conociéramos las próximas escenas de "Rápido y Furioso, Tlaxco". En minutos conocimos, los que pudieron advertirlo, quiénes son los obstáculos más grandes del presidente municipal de Tlaxco. Así pasó con Samuelito, quien dijo que sus amigos apenas si pueden vivir con su mísero sueldo de 50 mil pesos mensuales. Me recordó a los Presidentes de la República panistas y a los bondadosos presidentes del INE, y a los que durante su larga vida han gastado dinero del pueblo, quienes aseguran que apenas sí les alcanza para comprar tortillas.

Tal vez por eso muchas personas dicen que "ningún chile nos embona". Pero no es así, porque no se trata de que embone, se trata de intentar hacer las cosas bien. Y para eso hay que instruirse, no hacer lo que se me ocurra, hacer las cosas para mejorar.

Esto último no parece guiar a los gobiernos estatal y municipales, que desmantelan una cosa para arreglar otra. Parchan y encubren, en lugar de resolver los problemas. 

Y lo peor es que estos gobiernos justifican todo con la idea de la modernidad, que ya no es modernidad, es posmodernidad, luego tardomodernidad, luego es un vil retroceso y es la desvalorización del todo. Nada debe permanecer, todo debe cambiar, hasta lo que nos hace Ser. "Para que no se note la miseria en que vive el pueblo, pongan una colorida flor que la tape". 

Tlaxco está viviendo algo parecido, ¡cuidado! Desde hace años se justifica lo injustificable con apoyos, con banquetas, con adoquines, con regalos, con lo que mate momentáneamente el hambre, pero no es así.