"No recuerdo la primera vez que vi a un mirrrey; sin embargo, creo que no me equivoco si digo que fue en la ciudad de Puebla, sin agraviar a la ciudad que me vio nacer también debo decir que creo que ahí nacieron los mirrreyes. Una exportación atípica de la periferia al centro. También se dice que la genealogía es típica libanesa, un amigo de la comunidad me dice “todos mis primos son mirrreyes”… quizá fueron los libaneses de puebla, ok, no."
(Antonio Martínez Velázquez/Diciembre 1, 2011)
Muchos entendemos que los cambios son necesarios para progresar y dar el siguiente paso, pero estos se deben entender como tal: Cambios, que no significan sumisión y mucho menos virar hacia un rumbo distinto al que dio origen a la vida de algo.
El Mirrey, apodado así por este humilde servidor, usando su artículo publicado en Nexos titulado "El Mirreynato", ha venido a hacer del sistema cultural de Tlaxcala un desmadre, creyendo que sus orígenes cosmopolitas y pipopes (con todo respeto a los poblanos), harán que Tlaxcala sea sede de las vanguardias artísticas.
Nunca fui alumno o tallerista del TEBAC, pero siempre que pasaba por esas instalaciones Enrique me saludó, contrario al mencionado Mirrey, y siempre lo vi trabajar sonriendo, sonrisa que seguramente ayudará a seguir obteniendo resultados que continuarán navegando por todo el planeta. Nunca fui alumno de ese taller, pero me da tristeza que su iniciador se haya visto obligado a renunciar o que lo hayan despedido para dizque "profundizar la labor del taller como un espacio de libertad y expresión para artistas jóvenes y consolidados...," colocando en su lugar a otra persona, Elisa González, quien seguramente es muy brillante, pero no se merece llegar así a un espacio ganado con mucho esfuerzo.
Este cambio me suena a que, si quieres ser parte de las expresiones artísticas del estado de Tlaxcala, tienes que ser parte de la farándula cosmopolita que viene llegando desde que ganó Lorena Cuéllar.
Toledo es el ejemplo más cercano que tengo de la defensa cultural de los pueblos, a quien no le importó que hubiera nuevas técnicas o nuevos sistemas de enseñanza, porque él sólo quería que los artistas aprendieran a expresarse. Lograron hacer de Oaxaca una capital mundial del arte. Y Antonio Martínez, dizque Secretario de Cultura de Tlaxcala, no es capaz de ver más allá de la pantalla de su celular para respetar lo que se ha construido en el estado, sea poco o mucho, se ha logrado algo, y ese algo que se ha logrado fue con muy poco recurso, y cuando ya está consolidado deciden meter mano y destruirlo.
Lo van a destruir porque en manos de este joven todo cambia de objetivo, destruyendo lo que en algún momento estuvo bien hecho. Aún recuerdo la Casa del Artista, allí inició el TEBAC, me gustaba ir a mirar los resultados de los artistas de mi Tlaxcala, y pude ser testigo de cómo inició un proyecto exitoso que hoy burlonamente lo desaparecen, aunque lo nieguen.
Por Jorge Esteban López García
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