Opinión

Iniciaron las campañas para obtener un cargo público. Junto con esto inicia la competencia por el influencer de la temporada.

Hablando a nivel nacional, quien encabeza la lista es Xóchitl, que desde las internas de sus tres partidos, le agarró placer al tiktok haciéndose una máster de las redes sociales. En cambio Sheinbaum, ocupa las redes sociales para platicar sus propuestas y de repente expresar algo con humor. Y sin olvidar a Maynes, obviamente tiene detrás a una de las mejores influencer del absurdo mexicanas.

A nivel estatal hablamos de Mariana Jiménez, quien ha apostado por una imagen jovial y ligera, publicando propuestas y anécdotas de su campaña. Delfino parece no necesitar de las redes, parece apostar por la vieja manera de hacer política. Alejandro Aguilar es un completo desconocido para Tlaxco, ni por Internet se conoce su imagen, lo que hace parecer que este lado del distrito 1 federal no le interesa.

De manera local, Distrito 2, Gabriela Hernández de Morena y Rosalinda Muñoz del PRI se pelearán la distinción. Por ejemplo, la morenista comenzó más temprano que la priista, describiendo momentos de su vida y hablando de sus propuestas y preocupaciones. La priista comenzó tarde, pero se fue emparejando hasta llegar a recorrer los municipios del distrito y mostrando en fotos y videos cómo la ciudadanía la conoce muy bien.

En lo municipal vemos a dos influencer compitiendo fuertemente. Jorge Alejandro Rivera va desprendiendo en redes a pesar de que ya tenía mucho tramo avanzado. Presenta videos cortos con historias divertidas y con su característica sonrisa. Diana Torrejón va adelante en este tipo de acciones, pues su enfoque es presentar este tipo de videos cortos con historias anecdóticas y ejemplares. Rogelio León le entró al juego y muestra sus intenciones hacia el pueblo. A pesar de que Edgar Lima se ha quedado corto en estos temas, trata de llegar al pueblo mediante sencillos tiktok's. Los otros dos no han desprendido en redes, pero han intentado colocarse en la mirada del ciudadano.

Esto expresado me hace pensar que estos políticos se están preocupando más por la calidad de fotos y videos que por sus propuestas, pues no les alcanza para decirnos cómo las lograrán debido a las exigencias de la modernidad líquida, dice Baumman, en la que ahorita se ve y en ese mismo momento se desaparece hasta no saber cómo ya no se ve.

Definitivamente son otros tiempos, en los que ni las ocurrencias de Xóchitl Gálvez se mantienen vivas, pues hasta eso aburre a las nuevas generaciones.